Poeta chileno, considerado uno de los más importantes del siglo XX.
Hijo de un ferroviario, y huérfano de madre cuando solo había vivido un mes, escribía poesía desde muy joven (el seudónimo comenzó a usarlo cuando apenas tenía dieciséis años). Gabriela Mistral lo inició en el conocimiento de los novelistas rusos, que el poeta admiró toda su vida.
Estudió para convertirse en profesor de francés, sin llegar a lograrlo. Su primer libro, cuyos gastos de publicación sufragó él mismo con la colaboración de amigos, fue Crepusculario (1923). Al año siguiente, su Veinte poemas de amor y una canción desesperada se convirtió en un éxito de ventas (ha superado el millón de ejemplares), y lo situó como uno de los poetas más destacados de Latinoamérica.
Entre las numerosas obras que le siguieron destacan Residencia en la tierra (1933), que contiene poemas impregnados de trágica desesperación ante la visión de la existencia del hombre en un mundo que se destruye, y Canto general (1950), un poema épico-social en el que retrata a Latinoamérica desde sus orígenes precolombinos. La obra fue ilustrada por los famosos pintores mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Como obra póstuma se publicaron, en el mismo año de su fallecimiento, sus memorias, con el nombre de Confieso que he vivido.
Poeta enormemente imaginativo, Neruda fue simbolista en sus comienzos, para unirse posteriormente al surrealismo y derivar, finalmente, hacia el realismo, sustituyendo la estructura tradicional de la poesía por unas formas expresivas más asequibles.
Su influencia sobre los poetas de habla hispana ha sido incalculable y su reputación internacional supera los límites de la lengua. En reconocimiento a su valor literario, Neruda fue incorporado al cuerpo consular chileno y, entre 1927 y 1944, representó a su país en ciudades de Asia, Latinoamérica y España. De ideas políticas izquierdistas, fue miembro del Partido Comunista chileno y senador entre 1945 y 1948. En el año 1970 fue designado candidato a la presidencia de Chile por su partido y, entre 1970 y 1972, fue embajador en Francia. En 1971 recibió el Premio Nobel de Literatura y el Premio Lenin de la Paz. Antes había obtenido el Premio Nacional de Literatura (1945).
Textos:
Neruda 1904-1973
Veinte poemas de amor 1924
Poema VII Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la mas alta hoguera mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.
Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes que olean como el mar a la orilla de un faro.
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía, de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas que centellean como mi alma cuando te amo.
Galopa la noche en su yegua sombría desparramando espigas azules sobre el campo.
"El guardián entre el centeno", la obra más famosa e influyente del esquivo autor J. D. Salinger.
The catcher in the rye, traducido como El guardián entre el centeno, es la obra más famosa del esquivo escritor J. D. Salinger, y es, además, por influencia, ventas y seguidores, una de las grandes novelas de la literatura americana del siglo XX.
Publicada en 1951, creó en su día un hondo revuelo en la sociedad estadounidense por el lenguaje y la actitud de su protagonista –Holden Caulfield–,aupándola a un éxito del que ya nunca se ha bajado. Hoy, El guardián entre el centeno ha vendido la friolera de 60 millones de ejemplares en todo el mundo –a un ritmo de unos 250.000 al año, aproximadamente– y es una referencia obligatoria en muchos colegios de Estados Unidos, además de uno de los libros favoritos de miles de lectores a lo largo y ancho del globo.
“¿Te has hartado alguna vez de todo?”. Holden Caulfield
Un libro polémico
La influencia de esta obra está presente en casi todos los órdenes de la cultura americana de las últimas décadas: la música, el cine, la literatura, etc., y tiene el dudoso honor de ser uno de los libros favoritos de un colectivo muy poco recomendable: el de los asesinos en serie. El caso más famoso es, probablemente, el de Mark David Chapman, famoso por asesinar a John Lenon. Chapman, obsesionado con el personaje de Holden, se sentó tranquilamente a leer su ejemplar del libro tras descerrajarle al exBeatle cinco tiros por la espalda. Y la lista de amantes peligrosos de la novela continúa: era también parte de la biblioteca de Charles Manson (incitador del asesinato, entre otros, de Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski), John Hinckley (autor del intento de asesinato a Ronald Reagan) o Lee Harvey Oswald (detenido por asesinar a John F. Kennedy en Dallas). Incluso se llegó a afirmar que el libro contenía mensajes ocultos que alteraban el pensamiento, siendo una herramienta usada por la CIA para desarrollar prácticas de control mental… Historias todas que, al parecer, Salinger se limitó a ignorar.
“Me paso el día imponiéndome límites que luego cruzo todo el tiempo.” Holden Caulfield
Los pensamientos de Holden
La obra gira en torno al joven Holden, un chaval de 16 años que nos narra, en primera persona, su día a día y sus pensamientos,tras ser expulsado de su elitista colegio. Mal estudiante, rebelde y con una acedía tremenda por la vida, Holden está “harto de todo y de todos”. No soporta a sus compañeros, a los que considera “charlatanes y patanes”; siente que sus padres son demasiados estirados, y ve, en general, que la sociedad y las relaciones personales están plagadas de mentiras, deshonestidad y falsedad. Todo el mundo aparenta ser lo que no es. Nadie tiene el valor de mostrarse realmente y enorgullecerse de ello. Holden hace gala de un desprecio radical por los demás, sintiéndose superior pero incomprendido por ello y adoptando esas mismas actitudes que odia para poder, simplemente, encajar. Solo tiene una preocupación y un deleite: sus hermanos. La pequeña Phoebe –“les caería bien”– y, en el pasado, su fallecido hermano Allie, “el muchacho más simpático, inteligente y entrañable del mundo”.
La sinceridad arrolladora de Holden es una de las características que más unen a lector y personaje, que nos revela a lo largo de las páginas las reflexiones propias de un muchacho de su edad: enfrentado a una realidad en la que se siente solo y extraño, contrario a las normas sociales y familiares que ni comprende ni comparte, y acompañado por una sexualidad en auge que va más allá del mero deseo de placer, Holden no es más que, en el fondo, el típico adolescente, que presa de ese primer vacío existencial de la vida, no acaba de encontrarse a sí mismo. Puede que esa sea la gran razón del éxito del libro: todos en algún momento nos hemos sentido como Holden Caulfield, y la maestría de Salinger radica en su capacidad para reflejarlo de manera certera.
En el tono de la novela es permanente la sensación de que quien está hablando no es más que un muchacho. Mientras recorre bares, se emborracha, visita prostitutas o trata de ligar, se nos va abriendo la mente de ese joven que se siente completamente acorralado por la vida, pero que, al mismo tiempo, parece observarla desde lejos, como quien ve una película cuyo argumento apenas le interesa. Ajeno al materialismo, a la superficialidad de la sociedad, Holden siente que es diferente a las demás almas que pueblan esta insípida realidad, que sus valores son distintos a los del resto del mundo, y nos lo detalla con la atronadora honestidad que otorga la desesperanza: “Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield… pero no tengo ganas de contarles nada de eso”. ¿Cómo no adorarlo?
“Si yo fuera pianista, tocaría dentro de un maldito armario”. Holden Caulfield
El verdadero rostro del guardián
Jerome David Salinger nació en Nueva York el primer día de enero de 1919 y desde su juventud tuvo claro que quería ser escritor. Sin embargo, su alistamiento en la Segunda Guerra Mundial retrasó sus planes, llevándole a las playas de Normandía y a alguna de las batallas más importantes de la guerra, además de convertirle en uno de los primeros soldados que descubrió los campos de concentración alemanes. La experiencia le marcó profundamente, tanto que, según muchos otros veteranos, fue uno de los escritores que mejor supo reflejar el vacío existencial de la guerra.
Años después pidió la baja voluntaria del ejército y se dedicó a su vocación: la literatura. Aparte de escribir El guardián entre el centeno, escribiría Nueve cuentos (1953), Franny y Zoey (1961) y Levantad, carpinteros, la vida del tejado y Seymur: una introducción (1963). El éxito le llegó tarde, pero, tras las aventuras de Holden, se convirtió en toda una celebridad, algo para lo que no estaba preparado. Odiaba a los editores, las relaciones con los medios, las críticas, las interpretaciones de sus obras, etc. Poco a poco fue alejándose más y más de la esfera pública hasta prácticamente desaparecer. Si bien nunca dejó de escribir, puso el punto final a su carrera en 1965, recluyéndose en su casa de New Hampshire. No dio una entrevista en 30 años, ni permitió que se hicieran películas de sus obras y, todavía hoy, se pueden contar con los dedos de la mano las fotografías existentes con su imagen.
“Los libros que de verdad nos gustan son esos que, cuando acabas de leerlos, piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo, para poder llamarle por teléfono cuando quisieras”. Holden Caulfield
J. D. Salinger murió en 2010, de muerte natural, cuando tenía 91 años. Pasaría a la historia como uno de los autores más famosos, herméticos y misteriosos de la literatura americana del siglo XX. “Los libros que de verdad nos gustan son esos que, cuando acabas de leerlos, piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo, para poder llamarle por teléfono cuando quisieras”, nos cuenta el protagonista de esta rompedora novela. De ser así, J. D. Salinger habría recibido millones de llamadas con el paso de los años. Y es que todavía hoy se cuentan por miles aquellos que, una vez leído el libro, se enamoran para siempre de la voz de Holden. Y con razón.
Entre líneas
“El guardián entre el centeno”, de J. D. Salinger (Alianza Editorial).
“¿Sabes que me gustaría ser? (…) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos. Quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Solo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que caigan por él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Yo sería el guardián entre el centeno”
“Me alegro de que inventaran la bomba atómica: así, si necesitan a alguien voluntario para ponerse debajo cuando la lancen, puedo presentarme el primero.”
“Me paso el día diciendo que estoy encantado de haberlas conocido a personas que me importan un comino. Pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir tonterías como esas.”
“No sé por qué hay que dejar de querer a una persona solo porque se haya muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que todos los que siguen vivos.”
“Lo que haría sería hacerme pasar por sordomudo y así no tendría que hablar. Si quisieran decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Al final se hartarían y ya no tendría que hablar durante el resto de mi vida”.
“Encantadores. Esa sí que es una palabra que no aguanto. Suena tan falsa que me dan ganas de vomitar cada vez que la oigo”.
“Yo era tan tonto que la consideraba inteligente porque sabía bastante de literatura y de teatro, y cuando alguien sabe de esas cosas cuesta mucho trabajo llegar a averiguar si es estúpido o no. En el caso de Sally, me llevó años enteros darme cuenta de que lo era. Creo que lo hubiera sabido mucho antes si no nos hubiéramos pasado tanto tiempo besándonos y metiéndonos mano”.
Nació en 1927 en un pequeño pueblo de la costa colombiana, Aracataca, donde pasó la infancia con sus abuelos. En 1947 empieza a estudiar Derecho, carrera que abandona para dedicarse al periodismo. Su primera obra, La hojarasca, se publica en 1955, pero su gran éxito será Cien años de soledad, en 1967. Durante su vida alterna su residencia entre México, Venezuela, Nueva York, Cartagena de Indias, La Habana, París… a veces debido a su trabajo como corresponsal periodístico. Muere en México D.F. en 2014.
Sus temas son la soledad, la muerte y el amor (a veces tratado con tintes épicos, como en El amor en los tiempos del cólera, sobre un amor que tarda más de 50 años en consumarse), temas universales pero que él articula en un mundo muy singular. Este mundo bebe en primer lugar de la oralidad, de las historias que se contaban en su pueblo, pero también de ecos de distintos autores como Faulkner, Kafka, Borges o Virginia Woolf… además de la estética del realismo mágico o lo real maravilloso iniciada por los autores de la renovación. Estos términos, de Uslar Pietri y Alejo Carpentier, se refieren a una estética que integra lo maravilloso en el mundo narrado sin que produzca extrañeza o se perciba como opuesto o distinto a lo real y que para estos autores es la manera de presentar la auténtica esencia de Latinoamérica, sin deformarla con la estética realista europea.
Por otro lado, hay que mencionar la tensión entre periodismo y relato. Márquez empezó como periodista, y esta fijación por el detalle exacto y revelador no le abandonará nunca (casi todas sus ficciones, incluso las en apariencia más extrañas, suelen tener un origen real). Esto se aprecia en obras como Relato de un náufrago, quesurgió de una experiencia real siendo un joven redactor del periódico El espectador, de Bogotá, Crónica de una muerte anunciada (1981), que se estructura como una investigación del narrador sobre unos hechos acaecidos décadas antes, o Noticia de un secuestro, donde indaga en el narcotráfico y la violencia en Colombia.
También aparece con fuerza el trasfondo sociopolítico de América Latina, por ejemplo en El otoño del patriarca,que es una "novela de dictador" pero también, como él mismo señala, una alegoría sobre su propia soledad y frustración, así como en Cien años de soledad, publicada en 1967, novela emblemática del boom y obra maestra del realismo mágico. Esta obra narra la historia de siete generaciones de una familia perseguida por un destino fatal, que resume simbólicamente la evolución sociopolítica del continente. Esta novela se ambienta en Macondo, pueblo mítico creado a partir de su Aracataca natal y que aparece también en otras obras como La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba o el libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grande.
En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura por lograr mezclar “lo fantástico y lo real” a la vez que refleja “la vida y los conflictos de un continente”. Él mismo declaró que sentía que con este galardón se premiaba a toda la literatura latinoamericana.
García Márquez
Inventa un final para
María dos Prazeres
Un señor muy viejo con unas alas enormes
¿En qué se parecen Un señor muy viejo con unas alas enormes y Losing My Religion
de Rem?
Leerías algún relato/ novela de Márquez? ¿Por qué?
Escribe un texto literario (máximo el espacio de la tarjeta) que contenga la frase del título, en castellano o asturiano.
Premios Dos categorías
1. 1º 2º y 3º de la ESO
40 € al ganador (en Cheque-Cine), un libro y una rosa.
2 4º de la ESO y Bach I y II
40 € al ganador (en Cheque-Cine), un libro y una rosa
Modalidad 2 A lomos del viento
Escribe un pequeño relato mezclando (textualmente) estos cinco títulos:
1. La metamorfosis, de Kafka.
2. Reflejos en un ojo dorado ,de Carson McCallers.
3. El mar, el mar, de Iris Murdoch.
4.Una habitación propia, de Virginia Wood
5 Nada de Carmen Laforet.
Premio único: 40 € al ganador (en Cheque-Cine), un libro y una rosa.
También puede participar la comunidad educativa en cualquiera de las
dos modalidades
con un premio único: un libro y una rosa.
Las tarjetas manuscritas se entregarán antes del 5 de abril.
El deseo de ser piel roja
“Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas porque no hacen falta riendas, y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo.”
F. Kafka, El deseo de ser piel roja, en Contemplación, 1913
Deseo de ser piel roja
La llanura infinita y el cielo su reflejo. Deseo de ser piel roja. A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido el relincho de un onagro o el trotar de un bisonte. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto: no hay tambores que anuncien su llegada a las Grandes Praderas. Deseo de ser piel roja. El caballo de hierro cruza ahora sin miedo desiertos abrasados de silencio. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto y no hay tambores para hacerlo volver desde el reino de las sombras. Deseo de ser piel roja. Cruzó un último jinete la infinita llanura, dejó tras de sí vana polvareda, que luego se deshizo en el viento. Deseo de ser piel roja. En la Reservación no anida serpiente cascabel, sino abandono. DESEO DE SER PIEL ROJA. (Sitting Bull ha muerto, los tambores lo gritan sin esperar respuesta. )
1. A Pizarnik hay que leerla (como a Rimbaud) dejándose arrastrar. sin obsesionarse por comprender. ¿Que te sugieren las imágenes ("Iluminaciones" diría Rimbaud) de Caminos del espejo? 2. Anna Akhmatova ¿qué quiere decir con
"Todo lo que veo me sobrevivirá"?
¿Por qué es un verso tan citado?
En el poema ¿qué es ese todo? (Busca y enumera cosas)
3Ndèye Coumba habla de África y la condición de la mujer africana. ¿En qué lo percibes? Opina sobre este poema.
En Argentina Alejandra Pizarnik (1936-1972) hija de inmigrantes judíos de la Rusia Imperial. Su obra es una de las propuestas más rupturistas y de mayor influencia en la poesía contemporánea, sobre todo en la escrita en lengua española por mujeres. La vida y la obra de esta autora puede definirse como una extraña tentación de traspasar los límites, siempre tanteando el milagro, aun a riesgo de asomarse a la locura. Amiga de Cortázar, exploró como él ese otro lado de la realidad en el que se instala lo fantástico. Pizarnik escribió libros poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante imaginería. Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre todo, la muerte.
Caminos del espejo
I Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
III Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.
VI Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
VII La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
VIII Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.
IX Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
Que me dejen con mi voz nueva, desconocida. No, no me dejen. Oscura y triste la infancia se ha ido, y la gracia, y la disipación de los dones. Ahora las maravillas emanan del nuevo centro (desdicha en el corazón de un poema a nadie destinado). Hablo con la voz que está detrás de la voz y con los mágicos sonidos del lenguaje de la endechadora.
A unos ojos azules que daban sentido a mis sufrimientos en las noches de verano de la infancia. A mis palabras que avanzaban erguidas como el corcel del caballero de Bemberg. A la luz de una mirada que engalanaba mi vocabulario como a un espléndido palacio de papel.
Me embriaga la luz. No nombro más que la luz. Quiero verla. Quiero ver en vez de nombrar.
No sé dónde detenerme y morar. El lenguaje es vacuo y ningún objeto parece haber sido tocado por manos humanas. Ellos son todos y yo soy yo. Mundo despoblado, palabras reflejas que sólo solas se dicen. Ellas me están matando. Yo muero en poemas muertos que no fluyen como yo, que son de piedra como yo, ruedan y no ruedan, un zozobrar lingüístico, un inscribir a sangre y fuego lo que libremente se va y no volvería. Digo esto porque nunca mas sabré destinar a nadie mis poemas.
Vida, mi vida, ¿qué has hecho de mi vida?
Hemos consentido visiones y aceptado figuras presentidas según los temores y los deseos del momento, y me han dicho tanto sobre cómo vivir que la muerte planea sobre mí en este momento que busco la salida, busco la salida.
Volver a mi viejo dolor inacabable, sin desenlace. Temía quedarme sin un imposible. Y lo hallé, claro que lo hallé.
La aurora gris para mi dolor infuso, me llaman de la habitación más cercana y del otro lado de todo espejo. Llamadas apresurándome a cubrir los agujeros de la ausencia que se multiplican mientras la noche se ofrece en bloques de dispersa oscuridad.
Luz extraña a todos nosotros, algo que no se ve sino que se oye, y no quisiera decir más porque todo en mí se dice con su sombra y cada yo y cada objeto con su doble.
La enamorada
esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
Anna Akhmatova (1889-1966) Poeta rusa nacida en Odessa el 23 de junio de 1889. Hija de una noble familia de origen tártaro, estudió latín, historia y literatura en Kiev y en San Petersburgo. Lectora incansable, leía en sus lenguas originales a Baudelaire, Dante, Horacio y Shakespeare.
Durante muchos años fue silenciada por el régimen soviético. Sus poemas se prohibieron, fue acusada de traición y deportada. A su regreso a Leningrado, en 1944, produjo su obra más importante, “Requiem“, publicada apenas en 1963. En 1965 fue nombrada Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford.
“El correr del tiempo“, su última obra, es un balance de su trayectoria de 1910 a 1965. Falleció en Moscú en 1966. Hoy se le considera la más grande mujer poeta en la historia de la literatura rusa.
Todo lo que veo me sobrevivirá hasta los nidos de los estorninos, y este aire migratorio que cruzó, aire primaveral, la mar en vuelo.
La voz eternidad de allá nos llama, del más allá con su invencible fuerza, y por encima del cerezo en flor, la luz lunar menguando se derrama.
Parece que blanquea sin estorbo, a través de las verdes espesuras, la senda que no digo adónde lleva...
Allí hay más claridad entre los troncos y todo se asemeja a la arboleda que circunda el estanque en Tsárkoie Seló.
Poeta senegalesa que escribió “Filles du soleil” (Hijas del sol), un homenaje a las mujeres en el que muestra su preocupación por la suerte de las mujeres del Senegal y de toda África. Murió en septiembre del 2001.
Mi corazón es ardiente, como abrasador mi sol.
Grande también mi corazón, como África mi gran corazón.
Habitada de un gran corazón, más no puedo amar…
Amar a la tierra, amar a sus hijos.
Ser mujer, más no poder crear;
Crear, no sólo procrear.
Y, mujer africana, luchar.
Todavía luchar, para erguirse antes.
Luchar para borrar la huella de la bota que aplasta.