martes, 5 de marzo de 2024

Poetas: Silvia Plath

Sylvia Plath es una de las escritoras que más ha contribuido a cambiar el modo
en que se piensa en la identidad de las mujeres, más allá de estereotipos y clichés. 


Biografía: Sylvia Plath nació el 27 de octubre de 1932, en Jamaica Plain, Massachusetts, hija de Aurelia y Otto Plath. En 1940 muere su padre a raíz de la amputación de una pierna como consecuencia de una diabetes. Sylvia al enterarse dice: "No volveré a dirigirle la palabra a Dios." En 1950 inicia sus estudios en Smith College con una beca. "¡Ahora soy una chica Smith!" Dos años más tarde publica en Mademoiselle. En 1953 es redactora invitada en Mademoiselle, en Nueva York y el 24 de agosto se intentó suicidar en su casa de Wellesley. Luego de esto asiste al curso de verano en Harvard. En 1955 se gradúa en Smith College y consigue distintos premios con sus poemas. En esta época entra a la Universidad de Cambridge, Inglaterra, con una beca Fulbright. En 1956 conoce al poeta Ted Hughes. Viaja a Alemania e Italia. Se casa con Ted Hughes el 16 de junio. Pasan una larga luna de miel en España. De 1956 a 1957 pasan su segundo año de estudios con la beca Fulbright, viviendo en Cambridge. En junio de 1957 viaja a los Estados Unidos con Ted Hughes. En estos años ejerce de profesora de literatura inglesa en Smith College. De 1958 a 1959 escribe y trabaja en un hospital de Boston "todos los días, de nueve a cinco, me siento en el escritorio... y escribo a máquina los sueños de otras personas". Se somete a un prolongado tratamiento psiquiátrico; asiste a la clase de poesía del laureado poeta Robert Lowell. En 1959 hace un viaje de placer por los Estados Unidos. Escribe poesía en Yaddo, Saratoga Springs, Nueva York. En diciembre se marcha a Inglaterra con su marido. El 1 de abril de 1960 nace su hija, Frieda Rebecca. En octubre de ese año escribe: "The Colossus." El 17 de enero de 1962 nace su hijo Nicholas Farrar. En mayo se edita en Estados Unidos de "The Colossus and other Poems". Ese mismo año se separa de Ted Hughes. En enero de 1963 se publica en Inglaterra "La campana de cristal" con el seudónimo de Victoria Lucas. El 11 de febrero se suicidó en Londres.


Significado de su poesía
 Sylvia Plath es una de las escritoras que más ha contribuido a cambiar el modo en que se piensa en la identidad de las mujeres, más allá de estereotipos y clichés. Se consideró a sí misma  "mujer  silenciada"de palabra tensa, incómoda, dolorosa de leer, alejada de toda certeza.
El mundo de Plath se nos muestra con toda la complejidad de un espíritu lleno de fuerza y de creatividad que oscila entre la búsqueda de afirmación y amor y el sentimiento de opresión, de pérdida y de rechazo. En su escritura encontramos la angustia de una escritora insegura de su poder de expresión, sin embargo, persistente en la necesidad vital de la literatura.

. "El no ser perfecta, me hiere", escribió Sylvia Plath en su Diario en 1957. Sylvia fue una morbosa amante de la perfección. Aquello o aquellos que perturbaron la anhelada armonía de ese paisaje que ella se había prometido en el gran escenario donde sería la estrella sin competencia posible, caerían presa de sus versos, diseccionados con fruición. Más, fue ella su presa perfecta. Sylvia comprobó en su condición humana, el mayor y más cruel impedimento para aquella correspondencia perfecta que quería plasmar entre la vida real y sus poemas. Y se volvió contra ella misma hasta finalmente destruirse. Cuando Sylvia Plath se suicidó con gas, en la madrugada del 11 de febrero de 1963, el hecho tuvo escasa prensa. Era casi una desconocida. Su único libro de poemas, The Colossus, había pasado inadvertido para gran parte de la crítica. 

Las cosas han cambiado desde entonces. La publicación de su obra iniciada con "Ariel" (1965) y que culminaría con "Collected Poems" (1981), estableció a Plath no sólo como una de las poeta más aclamadas de nuestro siglo, sino también como una superestrella cultural. Sus primeros poemas son eminentemente personales, intensos y delicados. 
Su primer libro, "El coloso" (1960), único libro de poemas que Sylvia publicó en vida, expone la meticulosidad de su estilo. Poesía controlada y seria, pero su obra posterior muestra la influencia sobre la autora de nuevas angustias y problemas que la conducen a una poesía de dolorosas confesiones. 

"Ariel" está considerado como su mejor libro de poemas que, al igual que su poesía posterior publicada después de su suicidio, refleja un ensimismamiento y una obsesión por la muerte creciente. Se dice que este libro contiene algunos de los poemas más hermosos del siglo XX norteamericano.
 "La campana de cristal" (1963), novela que se publicó en Londres en enero de 1963, un mes antes del suicidio de la escritora, apareció bajo el pseudónimo de Victoria Lucas, porque Sylvia – que ya había publicado con anterioridad algunas de sus poesías – no estaba convencida del valor literario de la novela y porque incluía mucho material autobiográfico. La novela es la crónica de un año en la vida de Esther Greenwood, el año de su depresión nerviosa y la terapia profesional siguiente, con ocasionales saltos en el tiempo hacia su época de estudiante, hasta la reintegración final de la protagonista en el mundo. 

Otros libros de Sylvia Plath son "Cruzando el agua" (1971), y "Árboles de invierno" (1972). Escritos en un lenguaje provocativo y violento, maneja símbolos bíblicos, del mundo animal, de la magia negra y de lo fantasmagórico.



Sugerencia de dos libros (aparte de los mencionados)
tres mujeres   trailer






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Soy vertical
Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura aulente.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra.
Árbol y flor me tocarán, veránme.







Papi










Espejo

Absyntrophy




Teen Suicide


Silvia Plath suicida

Silvia Plath

La campana de cristal (fragmento)

Tenía que estar pasándomelo en grande, tenía que estar ilusionada como las otras chicas, pero no conseguía reaccionar. Me sentía quieta y vacía como el ojo de un tornado, moviéndome sin ninguna fuerza.
(...)
También recuerdo a Buddy Willard diciendo, con una seguridad siniestra, que una vez que me casara me sentiría diferente, que no iba a querer seguir escribiendo poemas. Entonces pensé que quizá fuera verdad, que cuando uno se casaba y tenía hijos era como un lavado de cerebro, y que después una iba por el mundo sedada como un esclavo en un estado totalitario. 
"

COMENTARIO







Canción de amor de la joven loca

Cierro los ojos y el mundo muere;
Levanto los párpados y nace todo nuevamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente).

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.
(Creo que te inventé en mi mente). 
"

COMENTARIO










Morir
Morir
es un arte, como todo.
Yo lo hago excepcionalmente bien
Tan bien, que parece un infierno.
Tan bien, que parece de veras.
Supongo que cabría hablar de vocación.
COMENTARIO



Patricia Highsmith , la auténtica dama del crimen


El turbulento territorio Highsmith
El 23 de junio de 1947 empezó a escribir 'Extraños en un tren'. La novela se publicaría en 1950, y su conversión al celuloide de la mano deAlfred Hitchcock le dio la fuerza para afrontar en 1951 una de sus novelas más reivindicativas, 'El precio de la sal', una historia que mostraba sin tabúes un amor homosexual. A pesar de la prohibición de su editora, Highsmith decidió seguir adelante con la publicación del libro bajo el pseudónimo Claire Morgan. Vendió un millón de copias, y su determinación se vio recompensada con la reedición de la obra en 1991 con su título original, 'Carol', y el nombre de Patricia Highsmith en la portada. Con estas dos novelas empezaría un exitoso camino literario que la convertiría en una 'outsider' a pesar del éxito.
su poder como novelista para convertir el mal en un juego psicológico protagonizado por unos personajes -marginales, marginados y marginadores- ambiguos hasta lo obsceno, turbios como la cerveza acabada de tirar, antihéroes de un mundo cuya única vía de escape es una escalera por la que trepar siguiendo el rastro del dinero.

Patricia Highsmith ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío
Pocos llegan a ser profetas en su propia tierra, y ella tampoco  lo fue. La crueldad de sus novelas y el pesimismo con el que mostraba un 'american way of life' a menudo pintado de un color áureo por los White Anglo-Saxon Protestant, sus personajes como antítesis de lo moralmente correcto en una nación que se presentaba como el paradigma de la libertad mientras lanzaba bombas de napalm sobre territorios sospechosos, y sobre todo, unas ideas políticas cercanas al comunismo frontalmente contrarias a los tentáculos del McCarthysmo, a lo que se sumaba una vida sexual opuesta a las doctrinas del protestantismo, fueron elementos demasiado consistentes para que sus novelas y relatos no tuvieran una fría acogida. Como a tantos escritores 'outsiders' y talentosos, Francia le abrió las puertas tras ganar con 'El Talento de Mr. Ripley' el Gran Premio de Literatura Policíaca. 


Tiene una obra extensa
'Extraños en un tren' (1949), 'Carol' (1952), 'El cuchillo' (1954), 'El talento de Ripley' (1955), 'Mar de fondo' (1957), 'Un juego para los vivos' (1958), 'Ese dulce mal' (1960), 'El grito de la lechuza' (1962), 'Las dos caras de enero' (1964), 'La celda de cristal' (1964), 'Crímenes imaginarios' (1965), 'Cómo se escribe una novela de intriga' (1966), 'El juego del escondite' (1967), 'El temblor de la falsificación' (1969), 'Once' (1970), 'La máscara de Ripley' (1970), 'Rescate por un perro' (1972), 'El juego de Ripley' (1974), 'Pequeños cuentos misóginos' (1974), 'Crímenes bestiales' (1975), 'El diario de Edith' (1977), 'A merced del viento' (1979), 'Tras los pasos de Ripley' (1980), 'La casa negra' (1981), 'Gente que llama a la puerta' (1983), 'Sirenas en el campo de golf' (1985), 'El hechizo de Elsie' (1986), 'Catástrofes' (1987), 'Small g, un idilio de verano' (1995), 'Los cadáveres exquisitos' (1995). La lista es extensa. Libros de relatos, novelas, ensayos...




El talento de Ripley





 Carol





Patricia Highsmith
El talento de Mr. Ripley (fragmento)

"Finalmente, esperó hasta que dieron las ocho, ya que sobre las siete las entradas y salidas de la casa eran más numerosas que durante el resto del día. A las ocho menos diez bajó a la planta baja para asegurarse de que la signora Buffi no estuviese trajinando por allí y tuviese cerrada la puerta; además, quería estar completamente seguro de que no hubiese nadie en el coche de Freddie, aunque, horas antes, ya había bajado a comprobar que efectivamente el coche fuera el de Freddie. Arrojó el abrigo del muerto sobre el asiento de atrás. Volvió a subir al apartamento y, arrodillándose, colocó uno de los brazos del cadáver alrededor de su cuello, apretó los dientes, y tiró hacia arriba. Dio varios traspiés al intentar apoyarse mejor en la espalda el cuerpo inerte de Freddie. También horas antes había ensayado la operación del traslado, sin apenas lograr dar un paso debido al peso del cadáver, y en aquellos momentos el cadáver pesaba exactamente lo mismo que antes, pero había una diferencia: ahora tenía que sacarlo. Dejó que los pies de Freddie se arrastrasen, y de este modo consiguió aligerar un poco el peso, y se las arregló para cerrar la puerta con el codo. Luego empezó a bajar las escaleras. A mitad del primer tramo, se detuvo al oír que alguien salía de un apartamento del segundo piso. Se quedó esperando a que quien fuese hubiera salido a la calle, y entonces reanudó su lento y vacilante descenso.
Había encasquetado uno de los sombreros de Dickie en la cabeza del muerto, para ocultar el pelo sucio de sangre. Durante la última hora, había estado bebiendo una mezcla de ginebra y Pernod con el fin de alcanzar un estado de ebriedad perfectamente calculada y que le permitiera convencerse a sí mismo de que era capaz de moverse con cierto aire de indiferencia y, al mismo tiempo, conservar el valor, incluso la temeridad, suficiente para arriesgarse sin pestañear. El primer riesgo, lo peor que podía pasarle, era que el peso de Freddie le hiciese caer antes de llegar al coche y meter el cadáver dentro. Tom cumplió lo que se había jurado a sí mismo: no detenerse a descansar mientras bajaba las escaleras. Tampoco salió nadie más de alguno de los pisos, ni entró ningún vecino procedente de la calle. Durante las horas pasadas en el piso, Tom se había estado imaginando los posibles contratiempos que se encontraría al salir: la signora Buffi o su esposo saliendo de su vivienda en el preciso instante en que él llegaba al final de las escaleras; un desmayo que haría que le encontrasen tumbado en el suelo junto al cadáver; la posibilidad de que, habiendo dejado el cuerpo en el suelo para descansar, luego no pudiera volver a alzarlo. Se lo había imaginado todo con tal intensidad, que ahora el simple hecho de haber llegado abajo sin que se confirmara uno solo de sus temores le daba la sensación de estar protegido por alguna fuerza mágica que le hacía olvidarse del enorme peso que transportaba en el hombro.
Echó una ojeada a través de las cristaleras de la puerta. La calle parecía normal. Un hombre pasaba por la acera de enfrente, aunque siempre pasaba alguien por una de las aceras. Abrió la primera puerta con el pie y la cruzó arrastrando a Freddie. Antes de cruzar la otra puerta, cambió el peso de hombro, agachando la cabeza bajo el cadáver, y sintiéndose orgulloso de su propia fuerza, hasta que el dolor del brazo que había quedado libre le hizo volver a la realidad. Tenía el brazo demasiado cansado siquiera para rodear la cintura de Freddie. Apretó más los dientes y. dando tumbos bajó los cuatro peldaños que daban a la acera, no sin golpearse una cadera contra la columna de piedra del final de la balaustrada.
Un hombre que venía por la acera aflojó el paso como si fuera a detenerse, pero prosiguió su camino sin hacerlo.
Tom decidió que si alguien se le acercaba, le arrojaría tal vaharada de Pernod al rostro que no necesitarían preguntarle qué le pasaba. Mentalmente, Tom iba soltando maldiciones contra los transeúntes que cruzaban por su lado. Pasaron cuatro personas pero sólo dos le miraron. Se detuvo un momento para que pasara un coche, luego, dando unos pasos rápidos y empujando, metió la cabeza de Freddie por la ventanilla del coche y empujó lo bastante para que le bastara apoyar el cuerpo en el cadáver a fin de que no cayera mientras tomaba un respiro. Miró alrededor, bajo la luz del farol al otro lado de la calle, hacia las sombras que había frente a su casa. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com



lunes, 4 de marzo de 2024

El nacimiento de la gran literatura norteamericana (1830-1890).

El nacimiento de la gran literatura norteamericana (1830-1890). De la experiencia vital a la literatura.

Es en el siglo XIX cuando la literatura estadounidense empieza a dar sus frutos. Se aprecia la influencia europea con temas, tópicos y mitos occidentales, si bien es verdad que la literatura estadounidense tiene su propio signo. Una herencia a la vez puritana (por vía de la religión y las costumbres) y racionalista (por la vía de la filosofía, la política, la Constitución …) da pie a una literatura saturada de ansia de libertad.  Poe será quien abra paso a una generación de autores estadounidenses que llevan su experiencia vital a la literatura. Entre ellos hay que destacar a Henry James o Mark Twain. 

Principales narradores norteamericanos :

Hawthorne. Escribe novelas que exploran temas como el pecado, la represión de las emociones o el sentimiento de culpa. Su obra maestra, La letra escarlata, aborda el drama de una mujer condenada socialmente a la marginación por haber cometido adulterio.
Melville. Es autor de Moby Dick. En esta novela asistimos a una expedición que organiza el capitán Acab para capturar a Moby Dick, una enorme ballena blanca que, en una expedición anterior le había dejado sin una pierna. Esta persecución simboliza el afán del ser humano por controlar la naturaleza. 
Mark Twain. Supo convertir en literatura, con gran sencillez y humor, su rica experiencia vital. A modo de ejemplo, la aparición en sus novelas del río Mississippi se relaciona con su oficio como conductor de barco de vapor por este río. Así pues, utilizó para los temas de sus relatos la vida cotidiana, sus recuerdos de niñez y las costumbres populares. Sus obras más destacadas con Las aventuras de Tom Sawyer, donde relata las travesuras de un grupo de niños, y Las aventuras de Huckleberry Finn, que narra la escapatoria por el río Mississippi del joven protagonista con un esclavo fugitivo. 
Henry James. Nació en Nueva York y pasó su juventud entre Europa y Estados Unidos. Su estilo se caracteriza por el empleo de oraciones largas y barrocas y por el uso abundante de descripciones. Escribió Otra vuelta de tuerca, que es una historia de fantasmas. 


El renacimiento del cuento

El siglo XIX es el gran siglo del cuento. En la primera mitad, algunos escritores como los hermanos Grimm en Alemania recogen por escrito narraciones populares de transmisión oral: Caperucita, Pulgarcito, La Cenicienta

El alemán Hoffmann crea en sus narraciones una atmósfera inquietante de irrealidad y misterio, a base de mezclar lo fantástico y lo cotidiano. Destaca su cuento “El hombre de la arena”. 

En Norteamérica hay que mencionar a:  Washington Irving por cuentos como el de Rip van Winkle, que trata la historia de un hombre que se retira al monte y queda dormido durante varios años. Cuando despierta, el mundo ha cambiado tanto que él se considera una reliquia del pasado.  
Poe. Es el gran impulsor del género y puede que sea el primer escritor estadounidense con una nueva forma de entender la ficción y la poesía. Su poema más conocido es “El cuervo”, escrito en forma de diálogo entre el pájaro y el propio autor.  Como  narrador,  destacan  sus  Narraciones  extraordinarias.  Estos  relatos sobresalen por la dosificación de la intriga y por la capacidad de sorprender. Poe prefiere los detallados análisis psicológicos a la acumulación de acciones externas. En vez de la descripción de lugares, se decanta por el análisis de la angustia que se siente en ellos. Contrasta el ambiente realista de sus historias con el fondo de misterio y terror que hay en ellas.
En cuanto a los contenidos, predomina el terror, el misterio, crímenes, personajes en situaciones límite, las pesadillas, los espectros, lo insólito y lo sobrehumano.  Los relatos más conocidos son: “Manuscrito hallado en una botella”, “El escarabajo de oro”, “El corazón delator”, “El gato negro”, “La caída de la casa Usher” o los relatos policíacos “Los crímenes de la calle Morgue” y “La carta robada”. 

El ruso Chéjov es también un gran renovador del cuento. Por sus relatos breves desfilan todos los estratos sociales (médicos, artesanos, criados, aristócratas…). Chéjov recrea sus vidas cotidianas con humor no exento de crítica, y las eleva a categoría artística y a símbolos de la existencia humana. Los relatos apenas tienen argumento y están relatados con sencillez y objetividad. Destaca su cuento “Vanka”, en el que el protagonista, que es un aprendiz de zapatero, escribe a su abuelo con nostalgia. 

Podemos mencionar también al francés Maupassant con cuentos como “El Horla”, en el que el autor, a través de un diario, nos muestra las supuestas alucinaciones del protagonista, el cual siente la presencia de un ente que él llama el Horla. También destacan relatos como “Bola de sebo” y “El collar”, que trata del esfuerzo de una mujer con aspiraciones de grandeza por devolver a su amiga un collar que le había prestado, pero que acabó perdiendo.


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textos  Ejercicios


La gran novela americana 

Moby Dick  (1851)   de Herman Melville

Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondria me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustituto de la pistola y la bala. Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente. No hay en ello nada sorprendente. Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano. 
(...)

















Las aguas que le rodeaban se iban hinchando en amplios círculos; luego se levantaron raudas, como si se deslizaran de una montaña de hielo sumergida que emergiera rápidamente a la superficie. Se intuía un rumor sordo, un zumbido subterráneo...Todos contuvieron el aliento al surgir oblicuamente de las aguas una mole enorme, que llevaba encima cabos enmarañados, arpones y lanzas. Se elevó un instante en la atmósfera irisada, como envuelta en una grasa de finísima textura, y volvió a sumergirse en el océano. Las aguas, lanzadas a treinta pies de altura, fulgieron como enjambres de surtidores, para caer luego en una vorágine que circuía el cuerpo marmóreo de la ballena. "












“Me parece que lo que llaman mi sombra aquí en la tierra es mi verdadera sustancia. Yo pienso que, al observar las cosas de manera espiritual, nos parecemos mucho a las ostras mirando el sol desde el mar y creyendo que la densa agua es la más fina de las atmósferas. Yo creo que mi cuerpo no es nada más que la escoria de mi mejor ser. De hecho, que se lleven mi cuerpo, quienquiera que vaya a hacerlo, digo, ése no soy yo.”