Blog de LITERATURA UNIVERSAL IES Doña Jimena Gijón BACH I
2024/25
lunes, 11 de septiembre de 2017
Presentación
“Los clásicos son esos libros de los
cuales se suele oír decir: Estoy releyendo y nunca Estoy leyendo…”
“Toda relectura de un clásico es una
lectura de descubrimiento como la primera”
“Los clásicos son libros que ejercen
una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea
cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el
inconsciente colectivo o individual”
“Se llama clásicos a los libros que
constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen
una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez
en las mejores condiciones para saborearlos”
“Un clásico es un libro que suscita
un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude
continuamente de encima”
“Los clásicos son libros que cuanto
más cree uno conocer de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan
al leerlos de verdad”
“Es clásico lo que tiende a relegar
la actualidad a la categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede
prescindir de ese ruido de fondo.”
“Un clásico es un libro que nunca
termina de decir lo que tiene que decir” Guárdame en tu corazón como un tatuaje siempre fijo en tu muñeca
Este artículo sin duda les puede interesar: ya sabíamos que el
deporte puede aumentar nuestra esperanza de vida en cinco años; que el
grano entero del cereal disminuye las posibilidades de muerte prematura
en un 7%; que la interacción de dos genomas mitocondriales alarga la
vida un 16%, según publicó en Nature un equipo de científicos
españoles que analizó a 20 generaciones de roedores, e incluso que comer
poco es una fórmula que atrasa el envejecimiento debido a la producción
de sulfuro de hidrógeno que genera, según estudios realizados en la
Universidad de Harvard en ratones y que han venido a avalar la práctica
oriental de que comer sin llenarse es un seguro de longevidad.
Pero
hay algo que no se ha medido en ratones, sino en personas, y que trae
buenas noticias para los devoradores de páginas deseosos de no saciar el
hambre jamás: leer alarga la vida, y cuanto más, mejor. Aquí no hay
dietas y el único milagro está en la mayor cantidad: los lectores de 3,5
horas a la semana de media viven un 17% más que los que no abren un
libro; quienes leen más tiempo aún, un 23% más. Son casi dos años —¡dos
años!— de propina que merece la pena tener en cuenta.
Un estudio sobre salud y jubilación realizado por investigadores de
la Universidad de Yale ha evaluado durante 12 años a 3.635 personas y,
después de eliminar los factores correctores de sexo, raza, situación de
salud y posibles obesidad o depresión, certifica limpiamente que leer
alarga la vida.
El estudio, publicado en Social Science & Medicine,
concluyó que los lectores de libros suelen ser mujeres con estudios y
mayor poder adquisitivo, pero no es eso lo determinante sino,
simplemente, leer. “La gente que lee media hora al día ya tiene una
ventaja de supervivencia significativa con respecto a los que no leen
nada”, explica Becca R. Levy, profesora de Epidemiología de Yale y
principal autora del estudio, a The New YorkTimes. “Y esa ventaja permanece tras corregir la salud, la educación, las habilidades cognitivas y muchas otras variables”.
El estudio no evalúa géneros literarios ni calidades, y aparentemente
Cervantes o Dickens tienen las mismas posibilidades de alargarnos la
vida que Ildefonso Falcones o Dan Brown. La prensa, nos dicen, no cuenta
igual. ¿Tal vez el siguiente paso para Yale es medir con qué autores
podemos vivir un poco más? Es una idea.
Ahora ya sabemos que la poesía no aporta antioxidantes como el arroz
integral y que, sin embargo, Rafael Cadenas o Claribel Alegría son pura
gimnasia para la cabeza; como el ensayo no tiene que ver con las grasas
monoinsaturadas ni la novela con el riesgo cardiovascular, y sin embargo
un Houellebecq o José Luis Sampedro nos pueden mantener el nivel de las
palpitaciones adecuadas. Es un hallazgo genial para acabar el verano:
por una vez, la droga que queremos en vena es buena para la salud. A ser
posible, con una tostada integral en la otra mano.
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