lunes, 16 de octubre de 2023

Dante y La Divina Comedia

La Divina Comedia, Dante Alighieri



Resumen: La Divina Comedia, Dante Alighieri


Dante inicia la composición de La Divina Comedia, en 1307, año en que fue desterrado de Florencia por problemas políticos. Dicha composición se prolongó hasta 1319; prácticamente, doce años se dedicó Dante a escribir esta obra, de allí que Jorge Luis Borges haya considerado a esta epopeya religiosa como la obra más perfecta de la humanidad.

La Divina Comedia, Dante AlighieriEl primer punto que debemos destacar es el carácter alegórico de la composición. Por ejemplo la presencia del número 3, que simboliza la Santísima Trinidad (tres son los reinos que visita Dante, tres las fieras que se aparecen en la Selva oscura, tres los rostros de Lucifer, la estrofa utilizada es el terceto) Otro punto que debemos señalar es la finalidad religiosa de la obra: Dante escribe La Divina Comedia para inducir a la humanidad a apartarse del pecado y optar por el camino de la virtud, el fin trascendental de esta epopeya es orientar a los cristianos para conducirlos por el camino del bien.

En la obra, Dante finge hacer un viaje imaginario, que se inicia la noche del viernes santo del 8 de abril de 1300 (cuando el poeta tiene 35 años), comenzando su peregrinación por el infierno, el Purgatorio y el Paraíso.

  El Infierno

Tiene el poeta 35 años cuando finge encontrarse perdido en medio de una selva oscura (pecado), llena de tupidos árboles que le hacen perder la ruta, aquella de la virtud y la fe. El primer terceto con que se inicia la obra es el siguiente:

En medio del camino de la vida.
Errante me encontré por selva oscura,
en que la recta vía era perdida”.

Después de muchas horas de angustia, ve a lo lejos la primera luz del alba sobre una colina cercana que representa la vida virtuosa. Se dirige hacia ella, pero le obstruyen el camino tres bestias feroces, un león (soberbia), una loba (avaricia) y una pantera (lujuria). Estos vicios le impiden al hombre salir del pecado y tomar el camino de la virtud. Sin embargo, se le presenta la sombra de Virgilio (enviado por Beatriz), el poeta latino que simboliza la razón humana, y le comunica que le va a servir de guía, pero que para salir de esta selva oscura (pecado), primero tiene que atravesar el infierno, después el purgatorio para finalmente llegar al paraíso. Y es así como inician su viaje por los reinos de ultratumba. El primer reino que visitan es el infierno, que Dante imagina como un inmenso cono invertido, que va desde la superficie del hemisferio septentrional hasta tocar con el vértice del centro de la tierra donde se encuentra Lucifer. Al ingresar Dante al infierno, lee sobre las puertas de este primer reino la siguiente inscripción:

Por mí, se va a la ciudad doliente
por mí se va al eterno tormento:
 por mí se va tras la perdida gente

El infierno consta de un ante infierno y posteriormente de 9 círculos; el primero de ellos es el limbo, en los cuatro siguientes se castigan a los incontinentes (lujuriosos, golosos; avaros y pródigos; iracundos, indolentes, soberbios y envidiosos). Al otro lado de la laguna del Estigia, se encuentra la ciudad del Dite, donde son castigados los maliciosos (herejes, violentos, fraudulentos y traidores) en los siguientes cuatro círculos del infierno y en el centro de la tierra se encuentra Lucifer, considerado el más grande traidor de la historia.

 Ante infierno
Llamado “el vestíbulo de los cobardes”. Aquí se encuentran los cobardes; aquellas personas que no se dignaron a hacer el bien ni tampoco el mal. Los cobardes están condenados a correr eternamente tras una bandera que no tiene ningún significado, hostigados incesantemente por tábanos y avispas. Atravesando el ante-infierno, Dante llega a orillas del Aqueronte (alimentado por las lágrimas del género humano). Para cruzar este río, solicitan los servicios de Caronte, “el barquero de la muerte”, que transporta a las almas pecadoras a la otra orilla del Aqueronte.

 Círculo Primero: Limbo
Después de atravesar el Aqueronte, Dante se encuentra en el primer círculo del infierno, el Limbo, donde se hallan los muertos sin bautismo (uno de ellos es Virgilio). No son sometidos a ninguna pena material; pero están privados eternamente de la Beatitud.

 Círculo Segundo: Lujuriosos
En el umbral del segundo círculo está Minos, juez infernal, que escucha la confesión de las almas pecadoras y señala el círculo a donde irán a parar, de acuerdo al pecado cometido, envolviendo la cola a su cuerpo cuantas veces sean los círculos que debe descender el alma penitente. Minos quiere impedir el ingreso a Dante, pero Virgilio le advierte que el poeta es enviado por mandato divino.
 Entre los lujuriosos que observa Dante están Cleopatra, Helena, Dido, Aquiles, Paris y Tristán. Ellos son empujados por un viento impetuoso de aquí para allá; representación magistral del instinto que domina y arrastra la voluntad del hombre, haciéndoles perder todo dominio sobre sí mismos. Este viento los empuja y revuelve; percutiéndolos unos contra otros.

 Círculo Tercero: Golosos
El guardián del tercer círculo es Cerbero, el perro de las tres fauces siempre hambrientas. El pecado que se castiga en este tercer círculo es la gula (exceso en el comer y beber). Los golosos están condenados a engullir por toda la eternidad una mixtura repugnante, formada por la lluvia negra que ellos reciben y el fango producido por la tierra.

 Círculo Cuarto: Avaros y Pródigos
El guardián del cuarto círculo es Plutón, quien al divisar a Dante, intenta con vano esfuerzo detenerlo. Los avaros y los pródigos durante la vida no pensaron sino en acumular dinero los unos y en gastarlo desordenadamente los otros, ahora ambos están condenados a empujarse recíprocamente enormes pesos con el pecho, gritando cada uno de ellos: “¿por qué agarras?”, “¿por qué sueltas?".

 Círculo Quinto: Iracundos e Indolentes, Soberbios y Envidiosos
La laguna de Estigia que circunda la ciudad de Dite a modo de defensa, es el lugar de pena reservado a los iracundos, que, continuamente, se golpean a sí mismos ensangrentándose, y a los indolentes que, como en la vida fueron contrarios a todo trabajo útil, tristes y tediosos, así ahora no hacen más que suspirar bajo aguas de la laguna. Más allá, cerca de la ciudad de Dite, se encuentran los soberbios y los envidiosos, cuyos castigos son parecidos a aquellos de los iracundos. Posteriormente Dante y Virgilio cruzan la laguna Estigia gracias el barquero Flegias. Llegan a las puertas de la ciudad de Dite, las cuales son abiertas por un ángel de Dios.

 Círculo Sexto: Herejes
Una vez en la ciudad de Dite, Dante y Virgilio contemplan el sexto círculo donde son castigados los herejes, quienes están dentro de sepulcros ardientes, con las tapas levantadas, formando una corona de fuego alrededor de las murallas internas de la ciudad.

 Círculo Séptimo: Violentos
El guardián del séptimo círculo es el Minotauro, monstruo con cuerpo humano y cabeza de toro. Este séptimo círculo está dividido en tres jirones. En el primer jirón, se encuentran los violentos contra el prójimo (homicidas, devastadores de países, corsarios y ladrones de caminos), quienes se hallan sumergidos en el Flegelonte, río de sangre hirviente, vigilados y flechados por los centauros. En el segundo jirón, se encuentran los violentos contra sí mismos (suicidas) quienes están convertidos en árboles que son mordidos por negras perras hambrientas, provocándoles agudos gritos de dolor. En el tercer jirón se encuentran los violentos contra Dios (blasfemadores), quienes son expuestos a una continua lluvia de fuego.CORRESPONDEN A LOS SIETE PECADOS CAPITALES

 Círculo Octavo: Fraudulentos
El guardián del octavo círculo es Gerión, verdadera imagen del fraudulento; tiene la cara de hombre justo y honesto pero el cuerpo de serpiente. El octavo círculo está divido en diez fosas concéntricas, llamadas “Bolges” o sacos, donde son castigados los fraudulentos.

 Círculo Noveno: Traidores
En el noveno se encuentran aquellos que despreciaron el calor del cariño: los traidores. Este círculo está divido en cuatro fosas:

 Fosa Caína, donde se encuentran los que traicionaron a su sangre (parientes), quienes están congelados desde los pies a la cabeza en la laguna Cocito.

 Fosa Antenora, donde están los traidores a la patria, quienes también se hallan congelados de los pies a la cabeza.

 Fosa Tolomea, que alberga a los traidores a la amistad, los cuales, al igual que los anteriores pecadores, también están sumergidos en el cocito.

 Fosa Judeca, en donde se encuentran los traidores a su amo y señor. En el centro de esta fosa se encuentra Lucifer, quien tiene la mayor parte del cuerpo congelado; en vez de brazos tiene alas de murciélago, su cabeza tiene tres rostros: uno de color rojo, que representa el odio, en el cual mastica la cabeza de judas; el otro color amarillo, que representa la impotencia, en donde mastica el cuerpo de Bruto, y un último, color negro, que representa la ignorancia, en el cual mastica el cuerpo de Casio.

Cuando Dante observa a Lucifer no puede soportar tan horrible espectáculo y está a punto de desfallecer, Virgilio aprovecha que Lucifer extiende las alas para cruzar hacia el otro lado. A lo lejos, distinguen una montaña que emerge sobre el mar, representación alegórica del purgatorio.

Debe tenerse en cuenta que el recorrido de Dante por el infierno es en forma descendente, desde el pecado más leve hasta el pecado más grave, simbolización magistral de la degradación del hombre.

 El Purgatorio

Dante y Virgilio han logrado salir de las entrañas del infierno y ahora contemplan el Purgatorio, reino que Dante coloca en una isla situada en las antípodas de Jerusalén.
Una isla en forma de montaña, en la cual se pueden distinguir los círculos o colinas de los pecadores, en donde las almas penitentes purifican sus espíritus a través del arrepentimiento. Este segundo reino está también dividido como el infierno en nueve partes: Antepurgatorio, los siete círculos y el Paraíso terrenal. El guardián del Purgatorio es Marco Poncio Catón.

 Antepurgatorio

El primer lugar que Dante y Virgilio visitan es el antepurgatorio, donde las almas llegan en una barca impulsada por el ángel Nauta que viene desde el Tíber. Las almas del Antepurgatorio pertenecen a aquellos que se arrepintieron del pecado a última hora y su castigo consiste en tener que quedarse esperando al pie del Monte por un tiempo más o menos largo. Después de haber atravesado el Antepurgatorio, Dante y Virgilio se encuentran ante la Puerta del Purgatorio, delante de esta puerta el poeta observa tres escalones que representan los grados teologales de la penitencia, el primero de mármol blanco (arrepentimiento), el segundo, color rosa (confesión) y el tercero, color rojo vivo (el ardor de la caridad y el amor después de la confesión). Sobre el tercer escalón, está sentado el Ángel Portero delante del cual Dante, postrándose y golpeándose el pecho, pide misericordia para que le abra la puerta. Al ingresar al Purgatorio, un ángel dibuja en la frente de Dante siete letras “p” (siete pecados capitales).

Círculo primero: Soberbios.
Círculo segundo: Envidiosos.
Círculo Tercero: Iracundos.
Círculo Cuarto: Perezosos.
Círculo Quinto: Avaros y Pródigos.
Círculo Sexto: Golosos.
Círculo Séptimo: Lujuriosos.
Paraíso Terrenal.


 El Paraíso

Dante imagina el Paraíso según el sistema cósmico de Ptolomeo, con un planeta al centro y nueve planetas más girando a su alrededor.
Dante, junto a Beatriz, va a visitar estos nueve planetas o cielos, en los cuales habitan los ángeles de Dios, quienes gozan de la paz y beatitud que le otorga el Creador. Los diez planetas que visita Dante son los siguientes:

Primer Planeta: Luna.
Segundo Planeta: Mercurio.
Tercer Planeta: Venus.
Cuarto Planeta: Sol.
Quinto Planeta: Marte.
Sexto Planeta: Júpiter.
Séptimo Planeta: Saturno.
Octavo Planeta: Cielo Estelar
Noveno Planeta: Cristalino (Aquí Beatriz lo abandona y acude en su ayuda San Bernardo, quien lo guía al Empíreo).
Décimo Planeta: Empíreo.

Cabe señalar que el objeto de esta obra fue el inducir a la humanidad a meditar más seriamente sobre el pecado y sobre el modo de librarse de él, a fin de poder gozar de la paz del alma en la tierra y ser digno de la beatitud en el cielo. Este epopeya fue denominada “Comedia” por su autor, porque, como en las comedias, todo llega a feliz término: el encuentro de Dante con Beatriz, y posteriormente, con Dios.

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La Divina Comedia de Dante Alighieri (fragmentos en prosa)

el infierno
canto iv
rompió el profundo sueño de mi mente un gran trueno, de modo que cual   que a la fuerza despierta, me repuse; la vista recobrada volví en torno ya puesto en  , mirando fijamente, pues quería saber en dónde estaba.
en verdad que me hallaba justo al borde del valle del abismo doloroso, que atronaba con ayes infinitos.
oscuro y hondo era y nebuloso, de modo que, aun mirando fijo al fondo, no distinguía allí cosa ninguna.
«descendamos ahora al ciego mundo --dijo el poeta  amortecido -: yo iré primero y tú vendrás detrás. » y al darme cuenta yo de su  , dije: « ¿cómo he de ir si tú te asustas, y tú a mis dudas sueles dar consuelo?» y me dijo: «la angustia de las gentes que están aquí en el rostro me ha pintado la lástima que tú piensas que es miedo.
vamos, que larga   nos espera. » así me dijo, y así me hizo entrar al primer cerco que el abismo ciñe.
allí, según lo que escuchar yo pude, llanto no había, mas suspiros sólo, que al aire eterno le hacían temblar.
lo causaba la pena sin tormento que sufría una grande muchedumbre de  , de niños y de  .
el buen maestro a mí: «¿no me preguntas qué espíritus son estos que estás viendo? quiero que sepas, antes de seguir, que no pecaron: y aunque tengan méritos, no basta, pues están sin el bautismo, donde la fe en que crees principio tiene.
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La Divina Comedia       Dante

Nos metimos en un bosque
no señalado por sendero alguno.

No verdes frondas, mas de color oscuro,
no rectas ramas, sino nudosas y enredadas,
no había frutas, sino espinas venenosas.

Ni en tan ásperos bosques moran, ni en tan espesos,
aquellas fieras salvajes que aborrecidos tienen
los cultivados campos entre Cecina y Corneto.

Aquí su nido hacen las tétricas Arpías,


Alas tienen anchas, y cuello y rostro humanos,
pies con garras, y el gran vientre emplumado:
lanzan lamentos sobre los árboles extraños.

Y el buen Maestro: Antes que más te adentres,
sabe que te hallas en el segundo recinto,
comenzó a decirme, y aquí estarás,

hasta que veas el arenal horrible.
Por tanto atento mira, y así verás
cosas que darán fe de mis palabras.

De todos lados oía gemidos
y no veía a nadie que gimiera:
por donde temeroso me detuve.

Yo creo que él pensaba que yo creía
que tantas voces, de la espesura, eran
de gentes que de nosotros se ocultaban.

Sin embargo, dijo el Maestro, si quiebras
de una de estas plantas una rama,
la idea que tienes verás que es errada.

Extendí entonces la mano hacia adelante
y una ramita cogí de un gran endrino:
y su tronco gritó: ¿Por qué me quiebras?

Quedó entonces de oscura sangre teñido
y volvió a gritarme: ¿Porqué desgarras?
¿No tiene tu espíritu piedad alguna?

Hombres fuimos y ahora nos han hecho plantas:
bien debería ser más piadosa tu alma
aunque fuéramos de sierpes almas.

Como el tizón verde, que encendido
en un extremo, por el otro gotea,
y chilla en el soplo que arroja fuera,

así del leño aquel brotaban juntas
sangre y palabras: así dejé caer
la rama, y me detuve como el que teme.

Si éste hubiera podido creer primero,
repuso el Sabio mío, ¡Oh alma herida!,
lo que antes había visto en mis rimas,

no habría hacia ti alargado el brazo;
mas lo increíble de la cosa hízome
inducirlo a obrar, lo que a mi mismo pesa.

Mas dile quien tú fuiste, que así por manera
de enmienda, tu fama refresque
allá en el mundo, a donde tornar puede.

Y el tronco: Si con dulces palabras me llevas,
callar no puedo; a vosotros que no os pese
porque un poco a razonar me entretenga.

Yo soy aquel que tuvo las dos llaves
del corazón de Federico, y que las giré
abriendo y cerrando tan suave,

que de su confianza a todo hombre aparté:
mi fidelidad puse en aquel glorioso oficio,
tanta que allí perdí venas y pulsos.

La meretriz, que no apartó nunca
del palacio de César sus ojos putos,
peste común, y de las cortes vicio,

enardeció en contra mía todas las almas,
y los enardecidos enardecieron tanto a Augusto,
que el feliz honor tornaron en triste luto.

Mi espíritu por desdeñoso gusto,
creyendo en el morir huir el desprecio,
injustamente en contra mía me hizo justo.

Por las nueve raíces de este leño
os juro que jamás falté a la confianza
de mi señor, que fue de honor tan digno.

Y si alguno de vosotros al mundo vuelve,
reafiance mi memoria, que aún yace
bajo el golpe que le dio la envidia.

Esperó un poco el Poeta y luego:
Puesto que calla, me dijo, no te demores;
mas háblale y pregúntale, si más te place.

Y yo a él: Pregúntale tú ahora
de lo que creas que más me satisfaga;
que no podré yo: tanta piedad me adolora.

Entonces comenzó: Si cumplimos contigo
liberalmente lo que tu pedido ruega,
espíritu encarcelado, que aún te plazca

decirnos como el alma se amarra
en estos nudos; y dime si puedes
si alguna nunca de tales miembros se suelta.

Entonces sopló fuerte el tronco, y luego
ese viento se hizo voz:
Brevemente os daré respuesta.

Cuando se aparta el alma feroz
del cuerpo, del que ella misma se arranca,
Minos la envía a la séptima fosa.

Cae en la selva, sin lugar elegido;
mas allí donde la fortuna la lanza,
allí germina como semilla de espelta;

surge en retoño, y en silvestre planta.
Las Harpías luego de sus hojas paciendo,
causan dolor, y al dolor dan vía abierta.

Como todos, vendremos por nuestros despojos,
pero no para que alguno los vista de nuevo:
no es justo que el hombre posea lo que se quitó.

Aquí los acarrearemos, y en esta triste
selva quedarán nuestros cuerpos suspendidos,
cada uno del endrino de la sombra tan molesta.

Estábamos todavía junto al tronco en espera,
creyendo que algo más nos diría,
cuando nos sorprendió un rumor,

parecido al que venir siente
el jabalí y la caza hacia su sitio,
que la jauría oyen y el fragor del ramaje.

Y luego aparecieron dos del siniestro lado
desnudos y lacerados, huyendo tan a prisa
que de la selva todas las ramas rompían.







surge en retoño, y en silvestre planta.
Las Harpías luego de sus hojas paciendo,
causan dolor, y al dolor dan vía abierta.

Como todos, vendremos por nuestros despojos,
pero no para que alguno los vista de nuevo:
no es justo que el hombre posea lo que se quitó.




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SEVEN

“Seven, traducida como Pecados capitales da el nombre a un filme pionero del cine negro. Apareció en las pantallas en 1995 y conmovió a todos con los horrendos crímenes cometidos por Jon Doe, un asesino en serie que utiliza los siete pecados capitales esbozados por Dante Alighieri en la sección del purgatorio de La divina comedia (gula, avaricia, pereza, lujuria, soberbia, ira y envidia), como motivación principal para cometer tales homicidios.

El desconcierto inicial de Somerset, un detective a punto de jubilarse y de Mills ansioso por reemplazar a su colega más veterano, comienza a ser rezagado cuando ambos deciden dejar sus diferencias y optan por colaborar entre sí. Incluso logran encontrar y perseguir al asesino, pero este, a pesar de llegar a tener a Mills a su merced, decide escapar.”

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¿Qué semejanzas ves entre la Divina Comedia y Seven?















La apatía es la solución


Gula: El hombre gordo que encuentran asesinado fue obligado a comer y seguir comiendo ya que John le apuntaba con una pistola, y una vez le golpeó con esta. También 2 veces paró la tortura para ir a comprar comida, y tenia un balde para el vómito del gordo. La garganta se inflama y hubo hemorragia interna lo que causó su muerte. 
Avaricia: Un abogado que en palabras de John doe era "un sinvergüenza que se pasó la vida liberando asesinos, violadores y secuestradores". En un texto decía "un kilo de carne, sin huesos ni nervios" y un kilo de carne tenia que quitarse. Decidió la carne que sobraba de su vientre, las bien conocidas llantitas o "michelines" y provocó un desangramiento hasta la muerte. 
Pereza: Un tipo que se hacia llamar Victor. Encontraron sus huellas en la escena del crimen de la avaricia por lo que fueron a investigar. En su apartamento descubrieron su cuerpo, amarrado a una cama y fotos, la primera era de un año antes exactamente. Tampoco tenía una mano que había sido usada en la escena del crimen para inculparlo. Un policía al acercársele mucho se lleva un susto pues victor no estaba muerto sino en coma. El doctor dice que no puede hablar pues la capacidad cerebral se había visto dañada por culpa de la tortura, además se había arrancado la lengua a mordidas y sus musculos estaban atrofiados, muere en el hospital. 
Lujuria: John Doe mando fabricar un cinturón con una cuchilla al frente. Un hombre y una mujer fueron obligados a ****** usando la cuchilla, lo que provoco heridas fatales en al vagina y órganos internos. El cuerpo de la prostituta no se muestra, pero el hombre que fue obligado a tener sexo con ella está seriamente perturbado y no puede hablar, además de que la policía tenía bien cuidada la escena del crimen. 
Soberbia: El asesino le corta la cara a una mujer que era reconocida por su rostro y tiene 2 opciones: llama a emergencias y vive pero sin su rostro, y la segunda opción es beber el veneno que tiene en la otra mano y descansar. La mujer toma el veneno. 
Envidia: John Doe es la mismísima víctima, y última de las víctimas que mueren (la ira vive). John lleva a Somerset, Mills y otros guardias a un lugar donde asegura tener los 2 cuerpos restantes. Allí Somerset va hacia la camioneta que se acerca y Mills se queda con John. Cuando Somerset se da cuenta de lo que tiene la caja corre hacia Mills pero John a base de indirectas le hace saber que fue a visitar a su esposa, a jugar al esposo con ella, pero ella no quiso y se llevó de recuerdo su linda cabeza, matándola y también matando al bebé que hubiera llegado a nacer. Somerset trata de convencer a Mills que si le dispara a John, éste habrá ganado. Mills cegado por la ira le dispara a la cabeza y vuelve hacerlo. John tenía envidia de la vida de David Mills. 
Ira: David Mills mató a un sospechoso por culpa de la Ira por lo que es arrestado, a sabiendas que John Doe ganó a pesar de lo que hizo y de matar a su esposa. 





Relata cómo crees que acaba la película



La Divina Comedia      Dante  (1304)

 

"Nos metimos en un bosque
no señalado por sendero alguno.   

No verdes frondas, mas de color oscuro,
no rectas ramas, sino nudosas y enredadas,
no había frutas, sino espinas venenosas.

 

Aquí su nido hacen las tétricas Arpías,         Tu monstruo dl Infierno


Alas tienen anchas, y cuello y rostro humanos,
pies con garras, y el gran vientre emplumado:
lanzan lamentos sobre los árboles extraños.

 

Extendí entonces la mano hacia adelante
y una ramita cogí de un gran endrino:
y su tronco gritó: ¿Por qué me quiebras?

Quedó entonces de oscura sangre teñido                 Tu infierno
y volvió a gritarme: ¿Porqué desgarras?
¿No tiene tu espíritu piedad alguna?

Hombres fuimos y ahora nos han hecho plantas:
bien debería ser más piadosa tu alma
aunque fuéramos de sierpes almas.

Como el tizón verde, que encendido
en un extremo, por el otro gotea,
y chilla en el soplo que arroja fuera,

así del leño aquel brotaban juntas
sangre y palabras: así dejé caer
la rama, y me detuve como el que teme."

Cuestiones…………..

Semejanzas   Divina comedia /Seven

¿Cómo crees que acaba la película?





El infierno en el arte


Campos de concentración


Literatura y ine del holocausto










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