lunes, 11 de septiembre de 2017

Presentación

Resultado de imagen de por que leer los clásicosResultado de imagen de romeo y julieta baz luhrmann 1996
“Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: Estoy releyendo y nunca Estoy leyendo…”
“Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera”
“Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual”

“Se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condiciones para saborearlos”

“Un clásico es un libro que suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima”

“Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocer de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad”

“Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a la categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo.”


“Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”





Resultado de imagen de cantar delos cantares  portada

Guárdame en tu corazón  como un tatuaje
siempre fijo en tu muñeca

 

Resultado de imagen de macbeth libro

¡He desayunado con el horror¡



La literatura se ha poetizado
Resultado de imagen de el cuervo poe
Resultado de imagen de el cuervo brandon lee dibujo
Resultado de imagen de el cuervo poe



Resultado de imagen de crepusculo libro



Resultado de imagen de maus comic


Resultado de imagen de blankets comic






Al fin una droga buena para la salud: leer alarga la vida

Buenas noticias para los devoradores de páginas deseosos de no saciar el hambre jamás













Este artículo sin duda les puede interesar: ya sabíamos que el deporte puede aumentar nuestra esperanza de vida en cinco años; que el grano entero del cereal disminuye las posibilidades de muerte prematura en un 7%; que la interacción de dos genomas mitocondriales alarga la vida un 16%, según publicó en Nature un equipo de científicos españoles que analizó a 20 generaciones de roedores, e incluso que comer poco es una fórmula que atrasa el envejecimiento debido a la producción de sulfuro de hidrógeno que genera, según estudios realizados en la Universidad de Harvard en ratones y que han venido a avalar la práctica oriental de que comer sin llenarse es un seguro de longevidad.
Pero hay algo que no se ha medido en ratones, sino en personas, y que trae buenas noticias para los devoradores de páginas deseosos de no saciar el hambre jamás: leer alarga la vida, y cuanto más, mejor. Aquí no hay dietas y el único milagro está en la mayor cantidad: los lectores de 3,5 horas a la semana de media viven un 17% más que los que no abren un libro; quienes leen más tiempo aún, un 23% más. Son casi dos años —¡dos años!— de propina que merece la pena tener en cuenta.
Un estudio sobre salud y jubilación realizado por investigadores de la Universidad de Yale ha evaluado durante 12 años a 3.635 personas y, después de eliminar los factores correctores de sexo, raza, situación de salud y posibles obesidad o depresión, certifica limpiamente que leer alarga la vida.
El estudio, publicado en Social Science & Medicine, concluyó que los lectores de libros suelen ser mujeres con estudios y mayor poder adquisitivo, pero no es eso lo determinante sino, simplemente, leer. “La gente que lee media hora al día ya tiene una ventaja de supervivencia significativa con respecto a los que no leen nada”, explica Becca R. Levy, profesora de Epidemiología de Yale y principal autora del estudio, a The New York Times. “Y esa ventaja permanece tras corregir la salud, la educación, las habilidades cognitivas y muchas otras variables”.
El estudio no evalúa géneros literarios ni calidades, y aparentemente Cervantes o Dickens tienen las mismas posibilidades de alargarnos la vida que Ildefonso Falcones o Dan Brown. La prensa, nos dicen, no cuenta igual. ¿Tal vez el siguiente paso para Yale es medir con qué autores podemos vivir un poco más? Es una idea.
Ahora ya sabemos que la poesía no aporta antioxidantes como el arroz integral y que, sin embargo, Rafael Cadenas o Claribel Alegría son pura gimnasia para la cabeza; como el ensayo no tiene que ver con las grasas monoinsaturadas ni la novela con el riesgo cardiovascular, y sin embargo un Houellebecq o José Luis Sampedro nos pueden mantener el nivel de las palpitaciones adecuadas. Es un hallazgo genial para acabar el verano: por una vez, la droga que queremos en vena es buena para la salud. A ser posible, con una tostada integral en la otra mano.



LEER/LIGAR

LEER/LIGAR




No hay comentarios:

Publicar un comentario