Herederas de Safo
Cristina Peri Rossi Campo de San Barnaba
Un poema de Baudelaire Mujeres condenadas
Uno de los textos más valiosos de Las flores del mal (1857), la obra capital del poeta simbolista francés Charles Baudelaire (1821-1867) es Femmes damnées (Delphine et Hippolyte), que podemos traducir por Mujeres condenadas (Delfina e Hipólita). En este poema, el padre de la poesía moderna pule en cuidados alejandrinos una historia de amor oscuro para la época: la pasión lésbica de Delfina e Hipólita. La historia de estas dos mujeres, pese a su indudable filiación helénica (recordemos que Hipólita, reina de las amazonas, fue despojada de su cinturón por Heracles en uno de sus trabajos) nos lleva a la Francia coetánea del autor: estamos ante dos cortesanas parisinas víctimas de una pasión en la que nos es fácil advertir no solo los tópicos del amor romántico sino también algunos elementos decadentistas. En versos de perfecta tersura clásica el primero del linaje de los poetas malditos crea un clima de desasosiego plagado de bellas imágenes.
Baudelaire, por Etienne Carjat
Quiero presentar aquí la excelente versión musicada que hace de la parte final del poema el cantante y recitador francés Damien Saez(1977), poco conocido en España. Se trata de una videopoesía realizada por Nacho Comeras en la que a un cuidado uso de las imágenes se une el exquisito recitado de Saez, que recoge con fidelidad la pasión contenida en los versos del poema. La videopoesía incluye el texto bilingüe, lo que facilita enormemente su comprensión y disfrute.
El bosque de la noche 1927
El bosque de la noche
El12 de junio de 1892 nace Djuna Barnes en nueva York.
Esta escritora publica en 1928 “ Ladies Almanak” una aguda crítica sobre el lesbianismo parisino, que se convertiría en un clásico del feminismo militante, digno de figurar junto a las obras de Mary Wollstonecraft.
Djuna vive en Paris, y es allí donde conoce a Thelma Wood, su gran amor. Esta tenía 30 años y Thelma 19. Antes de convivir juntas, Thelma había sido amante de la fotógrafa Berenice Abbot.
Decía Djuna sobre su relación con Thelma:
“No soy lesbiana, sólo amé a Thelma, porque yo amo a las personas, no al género al que pertenecen”.
Tuvieron una convivencia de amor-odio de 8 años. Las continuas infidelidades de Thelma marcaron fatídicamente su relación de amor.
En 1936 publica su novela más conocida “El bosque de la noche” y para entonces su adicción al alcohol le había pasado factura. Tendrá intentos de suicidio durante los tres años siguientes estando en Londres, donde tuvo que ser hospitalizada a causa de sus muchas crisis nerviosas. Fue Peggy Guggenheim la mujer que la embarcó hacia Nueva York, donde su familia decide ingresarla en un sanatorio; cosa que Djuna jamás les perdonó.
De ese deseo de venganza, escribió en 1958 la obra de teatro “La Antífona” de la que dice:
“La escribí con los dientes apretados y me dí cuenta de que lo que escribía era tan salvaje como un puñal. Uno de los personajes pregunta:
-¿Por qué no me quieres ya?
Y otro contesta:
-La pregunta es por qué os quiero.
Pero es en “El bosque de la noche” donde nos muestra las mil caras de las personas y como ella decía:
“Una imagen no es más que un alto que hace la mente entre dos incertidumbres. Hay que estar un poco apartado de la vida para conocer la vida, la vida oscura, vislumbrada confusamente.”
Fragmento de “El bosque de la noche”
“Cada día está pensado y calculado, pero la noche no está premeditada. La noche…¡cuidado con esa puerta oscura!
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
Esta escritora publica en 1928 “ Ladies Almanak” una aguda crítica sobre el lesbianismo parisino, que se convertiría en un clásico del feminismo militante, digno de figurar junto a las obras de Mary Wollstonecraft.
Djuna vive en Paris, y es allí donde conoce a Thelma Wood, su gran amor. Esta tenía 30 años y Thelma 19. Antes de convivir juntas, Thelma había sido amante de la fotógrafa Berenice Abbot.
Decía Djuna sobre su relación con Thelma:
“No soy lesbiana, sólo amé a Thelma, porque yo amo a las personas, no al género al que pertenecen”.
Tuvieron una convivencia de amor-odio de 8 años. Las continuas infidelidades de Thelma marcaron fatídicamente su relación de amor.
En 1936 publica su novela más conocida “El bosque de la noche” y para entonces su adicción al alcohol le había pasado factura. Tendrá intentos de suicidio durante los tres años siguientes estando en Londres, donde tuvo que ser hospitalizada a causa de sus muchas crisis nerviosas. Fue Peggy Guggenheim la mujer que la embarcó hacia Nueva York, donde su familia decide ingresarla en un sanatorio; cosa que Djuna jamás les perdonó.
De ese deseo de venganza, escribió en 1958 la obra de teatro “La Antífona” de la que dice:
“La escribí con los dientes apretados y me dí cuenta de que lo que escribía era tan salvaje como un puñal. Uno de los personajes pregunta:
-¿Por qué no me quieres ya?
Y otro contesta:
-La pregunta es por qué os quiero.
Pero es en “El bosque de la noche” donde nos muestra las mil caras de las personas y como ella decía:
“Una imagen no es más que un alto que hace la mente entre dos incertidumbres. Hay que estar un poco apartado de la vida para conocer la vida, la vida oscura, vislumbrada confusamente.”
Fragmento de “El bosque de la noche”
“Cada día está pensado y calculado, pero la noche no está premeditada. La noche…¡cuidado con esa puerta oscura!
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
Carol 1951
Fucking Amal
Tomboy
Literatura Universal Herederas
de Safo
Mujeres condenadas El amor entre mujeres en la
literatura
Baudelaire 1821-1867
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Literatura
Universal Herederas
de Safo
Mujeres condenadas El amor entre mujeres en la literatura
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¡Que nuestras cortinas corridas nos separen
del mundo¡
Charles Baudelaire
No soy lesbiana, sólo
amé a Thelma, porque yo amo a las personas, no al género al que pertenecen”.
“Cada día está pensado y calculado, pero la
noche no está premeditada. La noche…¡cuidado con esa puerta oscura!
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
Fragmentos de “El bosque
de la noche” 1927
Djuna Barne
Djuna Barne
“Sus
ojos se encontraron en el mismo instante, cuando Therese levantó la vista de la
caja que estaba abriendo y la mujer volvió la cabeza, mirando directamente
hacia Therese. Era alta y rubia, y su esbelta y grácil figura iba envuelta en
un amplio abrigo de piel que mantenía abierto con una mano puesta en la
cintura. Tenía los ojos grises, incoloros pero dominantes como la luz o el
fuego. Atrapada por aquellos ojos, Therese no podía apartar la mirada
Carol Patricia
Higsmith
Djuna Barnes
No
soy lesbiana, sólo amé a Thelma, porque yo amo a las personas, no al género al
que pertenecen”.
Fragmento de “El bosque de la noche”
1927
“Cada día está pensado y calculado, pero la noche no está premeditada. La noche…¡cuidado con esa puerta oscura!
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
“Cada día está pensado y calculado, pero la noche no está premeditada. La noche…¡cuidado con esa puerta oscura!
La noche hace algo con la identidad de la persona, aunque duerma”.
Orlando 1928
"Afortunadamante la
diferencia de los sexos es más profunda. Los trajes no son otra cosa que
símbolos de algo escondido muy adentro. Fue una transformación de la misma
Orlando la que determinó su elección del traje de mujer y sexo de mujer. Quizá
al obrar así, ella sólo expresó un poco más abiertamente que lo habitual - es
indiscutible que su caracterísitica primordial era la franqueza- algo que les
ocurre a muchas personas y que no manifiestan. Por diversos que sean los sexos,
se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo
sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es
lo contrario del que está a la vista."
“Sus ojos se
encontraron en el mismo instante, cuando Therese levantó la vista de la caja
que estaba abriendo y la mujer volvió la cabeza, mirando directamente hacia
Therese. Era alta y rubia, y su esbelta y grácil figura iba envuelta en un
amplio abrigo de piel que mantenía abierto con una mano puesta en la cintura.
Tenía los ojos grises, incoloros pero dominantes como la luz o el fuego.
Atrapada por aquellos ojos, Therese no podía apartar la mirada”.
Sputnik, mi amor; sin duda uno de los libros más interesantes que hay y de entre los mejores de Murakami, desde mi punto de vista, claro.
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