Gabriel García Márquez
Nació en 1927 en un pequeño pueblo de la costa colombiana, Aracataca, donde pasó la infancia con sus abuelos. En 1947 empieza a estudiar Derecho, carrera que abandona para dedicarse al periodismo. Su primera obra, La hojarasca, se publica en 1955, pero su gran éxito será Cien años de soledad, en 1967. Durante su vida alterna su residencia entre México, Venezuela, Nueva York, Cartagena de Indias, La Habana, París… a veces debido a su trabajo como corresponsal periodístico. Muere en México D.F. en 2014.
Sus temas son la soledad, la muerte y el amor (a veces tratado con tintes épicos, como en El amor en los tiempos del cólera, sobre un amor que tarda más de 50 años en consumarse), temas universales pero que él articula en un mundo muy singular. Este mundo bebe en primer lugar de la oralidad, de las historias que se contaban en su pueblo, pero también de ecos de distintos autores como Faulkner, Kafka, Borges o Virginia Woolf… además de la estética del realismo mágico o lo real maravilloso iniciada por los autores de la renovación. Estos términos, de Uslar Pietri y Alejo Carpentier, se refieren a una estética que integra lo maravilloso en el mundo narrado sin que produzca extrañeza o se perciba como opuesto o distinto a lo real y que para estos autores es la manera de presentar la auténtica esencia de Latinoamérica, sin deformarla con la estética realista europea.
Por otro lado, hay que mencionar la tensión entre periodismo y relato. Márquez empezó como periodista, y esta fijación por el detalle exacto y revelador no le abandonará nunca (casi todas sus ficciones, incluso las en apariencia más extrañas, suelen tener un origen real). Esto se aprecia en obras como Relato de un náufrago, que surgió de una experiencia real siendo un joven redactor del periódico El espectador, de Bogotá, Crónica de una muerte anunciada (1981), que se estructura como una investigación del narrador sobre unos hechos acaecidos décadas antes, o Noticia de un secuestro, donde indaga en el narcotráfico y la violencia en Colombia.
También aparece con fuerza el trasfondo sociopolítico de América Latina, por ejemplo en El otoño del patriarca,que es una "novela de dictador" pero también, como él mismo señala, una alegoría sobre su propia soledad y frustración, así como en Cien años de soledad, publicada en 1967, novela emblemática del boom y obra maestra del realismo mágico. Esta obra narra la historia de siete generaciones de una familia perseguida por un destino fatal, que resume simbólicamente la evolución sociopolítica del continente. Esta novela se ambienta en Macondo, pueblo mítico creado a partir de su Aracataca natal y que aparece también en otras obras como La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba o el libro de cuentos Los funerales de la Mamá Grande.
En 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura por lograr mezclar “lo fantástico y lo real” a la vez que refleja “la vida y los conflictos de un continente”. Él mismo declaró que sentía que con este galardón se premiaba a toda la literatura latinoamericana.
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