sábado, 13 de enero de 2018

Taller Sueños



SUEÑOS

El deseo de ser piel roja

Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas porque no hacen falta riendas, y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo.

F. KafkaEl deseo de ser piel roja, en Contemplación, 1913
Relata tu sueño. Ten en cuenta que
1.      La literatura es sentimiento y palabra bella ( o justa). 
2.      Debe tener un punto de extrañeza, imaginación
3.      Debe ser breve e intenso. Puede ir acompañado de dibujo
4.      No mejorarás a Kafka, pero no lo traiciones demasiado
5.      El sueño puede ser real o inventado
(Te aconsejo que comiences por un borrador y luego lo pasas aquí a limpio)




















Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto". Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo.
Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos. «¿Qué me ha ocurrido?», pensó. No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas.  La metamorfosis



Deseo de ser un piel roja



La llanura infinita y el cielo su reflejo.
Deseo de ser piel roja.
A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido
el relincho de un onagro o el trotar de un bisonte.
Deseo de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto: no hay tambores
que anuncien su llegada a las Grandes Praderas.
Deseo
de ser piel roja.
El caballo de hierro cruza ahora sin miedo
desiertos abrasados de silencio.
Deseo de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto y no hay tambores
para hacerlo volver desde el reino de las sombras.
Deseo de ser piel roja.
Cruzó un último jinete la infinita
llanura, dejó tras de sí vana
polvareda, que luego se deshizo en el viento.
Deseo de ser piel roja.
En la Reservación no anida
serpiente de cascabel, sino abandono.
DESEO DE SER PIEL ROJA.
(Sitting Bull ha muerto, los tambores
lo gritan sin esperar respuesta.)
                               

                               Leopoldo María Panero Tarzán traicionado (1967)


Cuando los periódicos superan al sueño
“Waldo está tan enamorado de Marsha y lleva tanto sin verla que, como no tiene suficiente dinero para un billete, decide meterse en una caja y enviarse a sí mismo hasta donde ella vive. Cuando el misterioso paquete llega, Marsha utiliza un cortador de acero para abrirlo y encuentra a Waldo decapitado. Lo acaba de matar.”
No es un cuento de Edgar Allan Poe sino The gift, uno de los primeros textos que escribió Lou Reed en el colegio y que años después se convirtió en canción.



A continuación presentamos el sueño interpretado por Freud
EL HOMBRE DE LOS LOBOS
"Soñé que era de noche y estaba acostado, las patas de mi cama estaban en dirección hacia la ventana, através de ésta, se veía una hilera de viejos nogales ( cuando tuve este sueño era una noche de invierno. ) De repente, se abrió la ventana, y observé con gran desasosiego, que sobre las ramas del grueso árbol, había encaramados lobos blancos. Eran seis o siete, completamente blancos, más bien parecían zorros o perros ovejeros, pues tenían cola grande como los zorros y levantaban las orejas como los perros cuando huelen algo. Sentí un miedo horrible, ya que sabía que iba a ser devorado por estos lobos, empecé a gritar... y ahí desperté. Mi niñera vino a ver que pasaba. Demoré largo rato en convencerme que éste había sido un sueño.El hecho de haber visto abrirse la ventana y los lobos encima del árbol me hizo creer que había presenciado una escena de la vida real. Después me calmé, sentí como que me hubiese salvado de algún peligro y volví a quedarme dormido. El único movimiento del sueño fue el de abrirse la ventana, pues los lobos permanecieron estáticos en las ramas del árbol, a derecha e izquierda del tronco, y mirándome, fijamente. Daba la impresión que sólo me miraban a mí. Creo que fue éste mi primer sueño de angustia. Debo haber tenido, máximo tres o cuatro, años. Desde aquella noche hasta mis once o doce años tuve siempre miedo de ver algo terrible en sueños"”
El paciente dibujó la siguiente imagen del sueño tal como la había evocado. 
Análisis e Interpretación
El individuo asoció siempre este sueño con un recuerdo de su infancia que le inspiraba mucho miedo, era la imagen de un libro de cuentos donde se veía un lobo. Su hermana mayor, se solazaba en mostrarle sorpresiva y reiteradamente, esa imagen, y por ello él lloraba y gritaba, presa de miedo atroz.La imagen representaba un lobo caminando en dos patas, con las orejas levantadas y las garras extendidas hacia delante. Él pensaba que podría ser el lobo de la Caperucita Roja.
¿Por qué eran blancos los lobos?
Este detalle le hace pensar en los grandes rebaños de ovejas que pacían en los potreros aledaños a la hacienda. En algunas ocasiones su padre lo llevaba a ver esos rebaños, situación que el niño agradecía con deleite y orgullo Un tiempo después, de acuerdo a otros informes-, talvez un poco antes del sueño-, surgió una especie de epidemia mortal (epizootia) en el ganado ovejuno. Su padre mandó llamar a un discípulo de Pasteur, quien vacunó a todos los animales; pero los casos fatales siguieron aumentando, no obstante haber sido vacunados. 
¿Cómo aparecen los lobos encima del árbol?
El individuo hace la asociación con un cuento que solía contarle su abuelo. Él no tenía un recuerdo claro si este hecho fue antes o posterior al sueño; sin embargo, el contenido del relato explica de forma nítida que el cuento contado por el abuelo fue anterior.Este era el cuento: un sastre se encontraba trabajando en su habitación, cuando de repente la ventana se abrió y entró un lobo. El sastre le golpeó con una huincha de medir... -el paciente se rectifica inmediatamente- mejor dicho, tomó al lobo por la cola y se la arrancó de un tirón, y huyó a un árbol. Al principio los animales se quedaron indecisos; pero el lobo al que el sastre le había arrancado la cola, quiso vengarse, y les propuso a los otros lobos que subieran uno encima de otro hasta que el último se colocara en la rama más alta, diciéndoles, que él mismo podría servir de base y sostener a los demás. Los lobos concordaron; pero el sastre, de repente reconoció a su mutilado visitante, y empezó a gritar; "Tómenle la cola"” y el lobo se asustó tanto al recordar su infeliz aventura, que al empezar a correr, los demás se tiraron del árbol.Este cuento grafica la información del árbol donde aparecen encaramados los lobos. Además, contiene una alusión explicita al complejo de castración. El sastre le arrancó la cola al lobo, dejándolo mutilado. Las colas largas de zorro, que los lobos muestran en el sueño son ciertamente, compensación para dicha mutilación.
¿Por qué seis o siete lobos?
El paciente fue incapaz de responder a esta pregunta, hasta que yo puse en duda que la imagen que le daba miedo pudiera corresponder al cuento de la Caperucita Roja. En este cuento hay sólo dos ilustraciones, una cuando el lobo se encuentra con la Caperucita Roja en el bosque y la otra correspondiente a la escena en la que el lobo está acostado en la cama, fingiendo que es la abuela. Entonces subyacente al recuerdo de aquella imagen, debería ocultarse otro cuento. Con esta orientación el individuo se demoró poco en asociar el cuento del lobo y las siete cabritas. En ese cuento es mencionado los números seis y siete , ya que el lobo devora sólo a seis cabritas pues la séptima está escondida dentro de la caja del reloj. Además en ese cuento, aparece el color blanco ya que el lobo le pide al panadero que le pinte una pata blanca para evitar que las cabritas lo reconozcan por su color gris. Por lo demás, los dos cuentos tienen varios puntos en común. En ambos encontramos que el lobo devora a alguien y que luego a éste se le abre el vientre retirándole de sus entrañas lo devorado. También los dos terminan con la muerte de la bestia malvada. En las siete cabritas vemos un árbol, pues el lobo después de comerse a las cabritas se echa a dormir y a roncar a la sombra de un árbol. Este relato es un primer sueño de angustia de la infancia, cuyo contenido, relacionado con otros sueños inmediatamente sucesivos y con ciertos acontecimientos de aquel período de la vida del individuo, despierta un interés especial. Es importante destacar la relación de este sueño con dos cuentos que presentan similitudes: la Caperucita Roja y El lobo y las siete cabritas. La impresión que estos cuentos causaron al niño se exteriorizó en una verdadera zoofobia que sólo se diferenció de otros casos similares en que el objeto temido no era un animal de acceso fácil a la percepción del individuo (como, por ejemplo, el perro o el caballo), sino tan sólo conocido de oídas y por imágenes del libro de cuentos.Voy a exponer en otra ocasión qué explicación y significado tienen estas zoofobias. Por ahora, sólo anticiparemos que tal explicación está en perfecta armonía con el carácter principal de la neurosis de nuestro individuo, en épocas posteriores de su vida. 
El principal motivo de su enfermedad había sido el miedo a su padre, y tanto su vida como su comportamiento durante el tratamiento estaban dominadas por una actitud ambivalente ante cualquier sustitución de su padre. Aquí cabe la pregunta si el cuento del lobo que devora a las cabritas y el de la Caperucita Roja forman, como contenido un secreto, algo distinto del miedo infantil al padre. Además, el padre de nuestro paciente, como tantos otros adultos tenía la costumbre de amenazar en broma a los niños, y seguramente en sus juegos con el niño durante la más temprana infancia pudo haberle dicho más de una vez en forma cariñosa: "Te voy a comer"” En cierta oportunidad otro paciente me contó que sus hijos nunca le habían tenido cariño al abuelo, porque éste los asustaba cuando jugaba con ellos al decirles en broma que les iba a abrir las tripitas para ver que tenían dentro. Declaro que la interpretación del sueño del hombre de los lobos fue tarea de varios años.El paciente relata este sueño en la primera época del tratamiento, luego concordó con mi convicción de que precisamente detrás de él se ocultaba la causa de su neurosis infantil. En el curso del tratamiento volvimos repetidamente sobre él; pero sólo en los últimos meses de la cura conseguimos descifrarlo por completo, ciertamente gracias a la espontánea colaboración del paciente. Él siempre había reiterado que dentro del sueño había dos factores que lo habían impresionado más. Primero, la absoluta inmovilidad de los lobos, segundo, la mirada fija e intensa con que los lobos lo miraban. Además, toda la sensación tan vivida de la realidad en que terminaba el sueño le parecía que podría tener importancia.



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