lunes, 24 de noviembre de 2014

Realismo español


Características generales del Realismo (segunda mitad del s. XIX)

 («Una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino. Tan pronto refleja el azul del cielo ante nuestros ojos, como el barro de los barrizales que hay en el camino”), s Stendha

1. Introducción

El Realismo surge en Europa a partir de 1850, cuando se observa un alejamiento progresivo de las formas de vida y mentalidad románticas. El apego a la realidad y el sentido práctico de la burguesía condicionan el ambiente que será visto con conformismo o con desacuerdo por los escritores.

2. Ideología

En cuanto a lo ideológico, sigue prevaleciendo el Liberalismo, concepto político iniciado por los románticos, pero se distinguen dos vertientes: un liberalismo moderado, propio de la burguesía asentada; y un liberalismoprogresista propio de los sectores más dinámicos e inquietos.
Entre el proletariado, que va surgiendo paralelamente con la industrialización, se introducen doctrinas revolucionarias como el socialismo, el comunismo y el anarquismo.
Por otra parte, surgen nuevas corrientes de pensamiento:
·                       El Determinismo que considera que todos los hechos están sometidos a unas leyes necesarias y universales, según las cuales dichos hechos, en iguales condiciones, producen idénticos efectos.
·                       El Positivismo defiende la teoría de que el conocimiento ha de basarse en la observación rigurosa y en la experimentación. Tal corriente influyó en todos los campos del saber: medicina, psicología, economía, etc.

3. Características literarias

El Realismo se caracteriza por:
·                       La observación y reproducción rigurosa de la realidad.
·                       Una temática centrada en la vida cotidiana.
·                       Con frecuencia, la crítica con intención social o moral sobre las lacras de la realidad que presenta.
·                       La objetividad como ideal del novelista, aunque a veces introduzca juicios y observaciones personales.
·                       Descripción minuciosa y detallada de costumbres, caracteres y ambientes.
·                       Utilización de una prosa sobria, a veces cuidada, a veces familiar. Los diálogos se adaptan a las características del personaje.
·                       Empleo del estilo indirecto libre, mezcla del estilo directo y del estilo indirecto, para reproducir los pensamientos o sensaciones de los personajes dentro del discurso del narrador, evitando los verbos de lengua (dijo, pensó, sintió) y el nexo que. De esta manera el lector se introduce en el interior de los personajes.
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IV. El Realismo: autores

1.  Benito Pérez Galdós (1843-1920)

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero fue en Madrid donde desarrolló su labor literaria, llegando a ser un profundo observador de esta ciudad. Aunque no se interesó especialmente por la política, se acercó al socialismo. Sus últimos años fueron tristes, debido a la ceguera que padeció, las dificultades económicas, algunos fracasos teatrales y la oposición de sus enemigos a que se le concediera el Premio Nobel.
Es el autor más fecundo de la literatura española y su obra representa un testimonio de la vida del siglo XIX, dejando reflejadas en ellas todas las capas sociales y todos los acontecimientos de la época. Esta extensa obra puede clasificarse en tres grupos:
·                       El de los Episodios Nacionales, donde se recoge la historia novelada del siglo XIX en cinco series de diez títulos cada una, la última incompleta.
·                       El de las novelas de la primera época, unas de tipo histórico (La fontana de oro) y otras de las llamadas de tesis, en donde se opone un mundo tradicional y conservador al moderno (Doña Perfecta).
·                       El de las novelas españolas contemporáneas, que suponen un amplio retrato de la sociedad madrileña de la época con una técnica plenamente realista. En este grupo se encuadraría Fortunata y Jacinta: Juanito Santa Cruz, de familia de alta clase media, tiene relaciones con Fortunata, joven de condición humilde, perteneciente al pueblo llano, vital y espontánea. No obstante estas relaciones, Juanito se casa con su prima Jacinta y sigue sus relaciones con Fortunata quien lleva una vida mísera y muere dejando un hijo de Santa Cruz que adopta Jacinta. La esposa, Jacinta, representa las virtudes burguesas y Fortunata, la amante, la fuerza instintiva del pueblo.

2. Leopoldo Alas, Clarín (1852-1901)

Clarín nació en Zamora, pero se sintió profundamente asturiano y en Oviedo pasó la mayor parte de su vida y allí moriría. Hombre de grandes inquietudes espirituales, se sintió siempre muy crítico frente al catolicismo tradicional. Su labor intelectual se traduce en una importante actividad crítica y una obra narrativa no muy amplia, pero excepcional.
Además de la creación de más de setenta cuentos y novelas cortas, Clarín también cultivó la novela larga que comienza con La Regenta y continúa con Su único hijo (1890) y Cuesta abajo (1890-91). No obstante, ninguna alcanza la importancia de la primera.
La Regenta, publicada en 1885, una de las más importantes novelas de la literatura española, muestra a la vez graves problemas humanos y un gran panorama social a través de una ciudad de provincias. Su argumento se puede resumir, sin embargo, en pocas líneas: Ana Ozores, casada con el anterior Regente de la Audiencia de Vetusta (Oviedo), don Víctor Quintanar, hombre mayor que no le presta demasiada atención. El mundo asfixiante en que vive y su temperamento insatisfecho hacen que “la Regenta” se deje llevar por la religiosidad que le ofrece el Magistral de la catedral, don Fermín de Pas, hombre raro y ambicioso, y la sensualidad romántica del seductor local, don Álvaro Mesía, a quien finalmente se entrega y que provoca el duelo entre don Álvaro y su marido. Muere este último y Ana se ve rechazada por todos.
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V. Obras de la literatura occidental: Ana Karenina

Ana Karenina es una de las novelas del autor ruso León Tolstoi, escritas entre 1873 y 1877. En ella se nos presenta una mujer, Anna Karénina -que durante años había sido esposa fiel, unida a un alto funcionario imperial, Aleksei Karenin-, marcada por la pasión y el arrebato. Anna se enamora ciegamente del oficial Vronski, al que se entrega sin miramientos. Anna abandona su casa, transgrediendo así todas las reglas morales y las convenciones que la sociedad y la religión imponen a una mujer casada. Es obligada a abandonar a su hijo y se ve marginada por la alta sociedad. Vive un tiempo de felicidad al lado de Vronski, con quien se instala en el extranjero, para volver luego a Rusia al lado de su hijo, quien se cree que su madre ha muerto. Después Anna se enfrenta al vacío: Karenin le ha negado el divorcio y Vronski la ha engañado. La imagen final de la protagonista se nos muestra cuando camina indecisa y autómata por el andén de la estación del pueblo donde su amante vive otra aventura.
Se puede decir que la novela de Tolstoi es una novela de homenaje a la pasión en la que, más que acciones externas, se explora el estado de ánimo de los personajes que se manifiesta a través de la desesperación, el rapto, el enajenamiento o los celos.
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