lunes, 29 de septiembre de 2014

La argumentación El ensayo

Argumentar consiste en defender razonadamente una opinión con el fin de que el destinatario haga suya la idea que el emisor sostiene. Su eficacia dependerá, pues, de la consistencia y la fuerza persuasiva de los argumentos.
La argumentación y sus dimensiones
La argumentación consiste en defender una idea u opinión alegando una serie de razones que la apoyan. El propósito de la argumentación es convencer a alguien de la validez de una idea o persuadirlo para que adopte un determinado comportamiento. De ahí que en la argumentación sea posible distinguir dos dimensiones: una lógica, en la medida en que se aportan razones, y otra práctica, por cuanto la finalidad última es lograr la adhesión del receptor.
La argumentación tiene una gran importancia en la vida social; a ella acudimos continuamente para justificar nuestro comportamiento o influir en el de los demás. Veamos un ejemplo de argumentación:
La violencia es una conducta aprendida y nuestra cultura es una eficiente maestra. Un dato espeluznante: en más del 15 % de los vídeos musicales dirigidos a niños y adolescentes aparecen imágenes de niños armados.
Las escenas violentas que el niño ve por televisión «legitiman» la violencia del entorno.
José Antonio Marina
Elementos comunicativos de la argumentación
La argumentación se produce en una situación de comunicación peculiar, en la que hay que tener en cuenta tres elementos: el emisor, el destinatario y el modo de comunicación.
• El emisor es la persona que lleva a cabo la argumentación. En ocasiones, el emisor permanece en el anonimato; es lo que ocurre, por ejemplo, en la mayoría de los anuncios publicitarios. La naturaleza del emisor, su prestigio o su descrédito, es un factor que añade o resta fuerza a la argumentación. El emisor se debe expresar de manera sencilla, ordenada y adaptada a las circunstancias en que se encuentra. El emisor tiene que exponer sus argumentos basándose en su experiencia personal y en la opinión de especialistas, intentando ser siempre objetivo.
• El destinatario es la persona o grupo de personas a las que va dirigida la argumentación. El destinatario puede ser individual o colectivo, concreto (una persona conocida por el emisor) o genérico (un conjunto potencial de receptores a los que el emisor no conoce).
• El modo de comunicación afecta a cuestiones como el carácter público o privado de la argumentación, la presencia o ausencia física del destinatario, la posibilidad de réplica por parte de este, etc.
La argumentación será eficaz en la medida en que el emisor consiga que el destinatario adopte el punto de vista defendido o bien modifique su comportamiento en el sentido deseado. Para ello, el emisor habrá de tener en cuenta tanto las características del destinatario como los factores relacionados con el modo de comunicación.
Los argumentos
La opinión que se sustenta recibe el nombre de tesis y las razones que se alegan en su defensa se denominan argumentos.
Para que la argumentación resulte eficaz, el emisor debe tener presentes las características y creencias de las personas a las que se dirige; solo así podrá conocer a qué argumentos son más sensibles. Además, estos deben estar relacionados con la tesis de tal modo que la aceptación de los argumentos conduzca a la aceptación de la tesis. En las argumentaciones es frecuente que el emisor se manifieste en su propio texto (mediante el uso de la primera persona, por ejemplo) y que se refiera directamente al destinatario con el fin de implicarle en el discurso.
No obstante, a veces el emisor prefiere dar a su argumentación una apariencia de objetividad y construye su texto en tercera persona.
Los argumentos se apoyan en unos valores, creencias o premisas que se suponen aceptados por la mayor parte de los miembros de la comunidad. Tales premisas compartidas reciben el nombre de tópicos y permiten clasificar los argumentos con arreglo a su contenido.
Entre los argumentos basados en tópicos, los siguientes se emplean con mucha frecuencia:
• El argumento de la mayoría se basa en el tópico de la cantidad («Lo mayor o más numeroso es preferible a lo menor o menos numeroso»). Ejemplo:
• La película ha tenido más de dos millones de espectadores, así que debe de ser muy buena.
• El argumento de utilidad se basa en el tópico de lo útil («Lo útil es preferible a lo que no lo es»). Ejemplo:
• Ayudar a los pueblos de África nos beneficiará a todos.
• El argumento ético se basa en el tópico de la moralidad («Lo moral es preferible a lo inmoral»). Ejemplo:
• Señores miembros y responsables de Europa, es a su solidaridad y a su bondad a las que gritamos por el socorro de nuestro pueblo.
• El argumento hedonista se basa en el tópico del placer («Lo placentero es preferible a lo desagradable»). Ejemplo:
• Playa Palmeras: el paraíso en la Tierra.
La fuerza de los argumentos
No todos los argumentos tienen el mismo poder de convicción. La fuerza persuasiva de un argumento depende de su consistencia interna y del grado de aceptación de la premisa en que se apoya. Un argumento es consistente cuando está bien construido y sirve para defender la tesis. En el siguiente enunciado, por ejemplo, se emplea un argumento consistente:
• Fumar es perjudicial para la salud porque el tabaco origina muchas enfermedades.
No sería consistente, sin embargo, el argumento que se esgrime en este otro enunciado:
• Fumar es perjudicial para la salud porque mi primo sufrió un accidente cuando iba fumando.
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Cómo hacer un ensayo.

Te diré exactamente cómo hacer un ensayo bien hecho. Intenté ser lo más breve posible. Mi objetivo es que, a la brevedad, hagas un ensayo de calidad. La práctica hace al maestro, como dicen las lenguas. Si te cuesta un poco de trabajo al principio, sólo analiza, es el esfuerzo necesario para lograr nuestro objetivo.

Definición de Ensayo:

Cómo hacer un ensayo | el ensayo es un tipo de prosa que
(Ir al texto Teoría del ensayo, de José Luis Gómez Martínez)
Más adelante, este autor hace referencia a que la voz “ensayo” (o “ensaye”), significa prueba, reconocimiento, examen. Pero ¿examen de qué? Nada más y nada menos que examen de nuestro pensamiento. El ensayo es un escrito en el que el autor refleja la forma en que su pensamiento discurre.

Partes del ensayo:

El ensayo consta de tres partes fundamentales: introduccióndesarrollo y conclusión.
La introducción normalmente es corta, pero todo depende de la envergadura de nuestro escrito (algunas necesitaran una extensión remarcable, otras no). Su función es introducir al lector en el tema que trataremos y, si es necesario, ponerlo al tanto de lo que se ha dicho del tema hasta el momento. En ella se presenta la hipótesis. La hipótesis es la idea que buscamos realizar, esclarecer o sustentar a lo largo de nuestro ensayo y alrededor de ella se desarrollará el cuerpo del texto. Es, en sí, la semilla de la que nace el ensayo. Es lo primero que hay que dominar para saber cómo hacer un ensayo. (aprender cómo hacer una introducción aquí)
El desarrollo es el cuerpo del ensayo. Abarca la mayor parte del texto y en él se exponen los argumentos que aclaran y sustentan nuestra hipótesis. Aquí, si el ensayo requiere de un rigor académico, se insertará el aparato crítico (citas, notas y referencias) necesario para que nuestros argumentos sean sólidos.
La conclusión es la parte final del ensayo. En ella podemos hacer una recapitulación de las principales líneas argumentativas siguiendo una línea desde la hipótesis y terminar dando nuestro punto de vista o resolución final del tema. (Aprende cómo hacer una conclusión aquí)

¿Qué características internas debemos conocer para saber cómo hacer un ensayo?

Además de estas partes esenciales, para saber cómo hacer un ensayo debemos conocer algunas de las características internas (cualidades) que este género literario posee:
  • El ensayo necesita tener actualidad del tema tratado. En este sentido, podemos guiarnos para la elección del tema tomando en cuenta el tipo de público al que va dirigido.
  • El ensayo no pretende agotar todas las posibilidades de un tema, sino que se enfoca sólo a una parte del mismo.
  • Se pueden parafrasear las citas que realicemos para amenizar la lectura (depende del estilo que busquemos).
  • Es importante que el ensayo tenga un carácter dialógico para mantener la atención del lector.
  • El ensayo puede servir como confesión, ser subjetivo.
  • A diferencia de otros géneros literarios, el ensayo carece de estructura rígida. Obedece, más bien, al discurrir de la mente del autor.
  • Por su estructura flexible, el ensayo acepta digresiones, siempre y cuando tengan una intención determinada dentro del cuerpo mismo del texto.
  • Debe sugerir algo o estimular a la reflexión, causar interés; y si logramos cambiar la perspectiva del lector respecto al tema, habremos triunfado.
  • ¿Cómo hacer un ensayo si no tienes tema definido? A partir de cualquier tema puede surgir un ensayo. Aquí encontramos varios ejemplos del padre del ensayo: Michel de Montaigne que te pueden ayudar a elegir el tema.
Cómo hacer un ensayo
Ahora que sabes a grandes rasgos cómo hacer un ensayo, una última sugerencia: es recomendable, antes de comenzar la escritura de tu ensayo, dar lectura a ensayos que estén consagrados por el paso del tiempo. El tiempo es sabio, dicen por allí, y los escritos que perduran diversas épocas lo hacen por su sencillez y porque, a pesar de tantos años, siguen siendo actuales. Cualquier duda de cómo hacer un ensayo te pido me la escribas en los comentarios.

Toro de la Vega

Sálvame

Puestos a elegir un debate moral, verdaderamente importante, y otro superficial, la preferencia de los españoles es clara: primero lo superficial

El debate sobre el Toro de la Vega de Tordesillas, ese espectáculo prehistórico por el cual ya sólo deberían expulsarnos de las comunidades europeas, derivó en otra discusión sobre la oportunidad o no de que los políticos aparezcan en ciertos programas televisivos tras la intervención por sorpresa hablando del tema del nuevo candidato socialista, Pedro Sánchez, en el programa estrella de la llamada televisión de entretenimiento, el mítico Sálvame.
La discusión sobre este segundo asunto eclipsó al primero, con lo que el pobre Toro de la Vega, como todos esos festejos caracterizados por su brutalidad pero que tanto éxito tienen en un país que parece que no sabe divertirse si no es maltratando a un animal, quedó olvidado casi del todo hasta que el próximo año por estas fechas vuelva de nuevo a la actualidad. Lo cual demuestra que aquí los acontecimientos pasan como las nubes los días de viento por el cielo, pero también que, puestos a elegir entre un debate moral, verdaderamente importante, y otro superficial, la preferencia de los españoles es clara: primero lo superficial.
La última vez que me invitaron a intervenir en un programa televisivo me advirtieron enseguida de que podía hablar de todo menos de literatura. ¿La razón? Que los jóvenes no leen y que el público del programa al que me invitaban era mayoritariamente joven. La advertencia no me pilló por sorpresa, pues ya en otra ocasión, no sé si en esa o en otra televisión, tras aceptar acudir a ella, me habían aconsejado que no hablara más de un minuto y medio seguido porque, según el presentador, a partir del minuto y medio “el espectador normal desconecta”. Fue el último programa al que acudí. Desde entonces, cada mañana rezo una oración, la única en todo el día: “¡Señor, sálvame de mis compatriotas!”.
José Luis Sampedro
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MIRADAS son textos escritos por José Luis Sampedro exclusivos para su página oficial de ClubCultura.com, o bien textos recónditos rescatados del olvido, en los cuales predomina un análisis crítico, desinhibido, políticamente incorrecto, ácido -si la ocasión lo merece- aunque -a veces- esperanzador, de la sociedad en la que le ha tocado vivir.

           MIRADAS ANTERIORES
 Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus “clientes” éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.
Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir –eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada.
En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio
b) es objeto de una sanción.
Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?
Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro vendido? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?
Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil.
Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

jueves, 25 de septiembre de 2014

in memoriam Adelaida García Morales


Fallece la escritora Adelaida García Morales

Ese cuento sintetiza el periodo más simbólico de la escritora extremeña


La escritora Adelaida García Morales, en 1996. 
Pocas veces se juntaron dos artes tan distintos como son la literatura y el cine para producir una obra maestra. Estoy hablando de El sur, la película que Victor Erice concibió sobre un texto breve de Adelaida García Morales. La pieza, que también se llama como el filme, sintetiza el periodo más simbólico de la escritora extremeña, literatura de paisajes interiores, atmósfera llena de incertidumbres. Algún día dijo la escritora hoy desparecida, que su literatura era el producto del cruce milagroso entre escritura y memoria. Si Víctor Erice pudo hacer ese película, es porque en gran medida su trazo tan hondo como perfecto estaba en las líneas del cuento de Garcia Morales. Con todo su sentido, también, de la tristeza profunda, autodestructiva, inexorable.
García Morales integró en su criterio de la ficción dos asuntos casi de arte poética, de filosofía compositiva. La soledad y los conflictos sentimentales. Podríamos agregar a esos dos factores, la intuición de lo sombrío, esa especie de enfermedad incurable que llevan algunas personas como una maldición. Y el costado dañino que llevamos los hombres como un arma secreta.
Puede decirse que Adelaida García Morales, tanto en Sur (1985) como en obras posteriores (El silencio de las sirenas, con la que obtuvo en 1985 el premio Jorge Herralde de Novela, La lógica del vampiro, 1990,Las mujeres de Héctor, 1994, La tía Águeda, 1995), etc.), elevó también a categoría narratológica el concepto de misterio. La vida como un misterio indescifrable. Y algunas personas, arrastrando ese misterio hasta el fin de sus días.
La obra que muestra con mayor claridad esto último apuntado, tal vez sea El silencio de las sirenas. Novela paradigmática de su mundo novelístico, se roza ahí el sentido casi táctil de lo inalcanzable, de la fricción entre sueño y realidad. Una mujer entregada al cultivo de su soledad, fantasea una pasión amorosa que nunca se cumplirá. Garcia Morales fue una de las escritoras españolas que mejor supo argumentar desde la ficción el papel del mito o la mitificación como tabla de salvación de sus personajes.
La ciencia critico-literaria divide la obra de Adelaida García Morales entre un antes y después de El sur. Lo hace argumentando un proceso repetitivo en su obra posterior, de todo lo hallado en El sur. Es posible que toda la luminosa oscuridad de este relato, se fuera acentuando en su obra siguiente. Lo implícito, lo elíptico, se tornara más directo, más hiriente. Más oscuro.
Pocas escritoras, no obstante aquellos reparos, supieron conjugar con tanta lucidez estética, los sentimientos más incontrolables. Y pocas supieron señalar la perversidad humana a tan pocos centímetros de nosotros. Cuando no dentro nuestro.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Espronceda

Espronceda, liberal, conspirador, exiliado, turbulento y apasionado en su vida amorosa, es el ejemplo más claro de un romántico.
La obra poética de este escritor extremeño se inició con un poema épico, El Pelayo, y con poemas patrióticos en los que exaltó las ansias de libertad y el rechazo de la tiranía. Su consagración llegó con la aparición de las Canciones. Son seis composiciones referidas a tipos humanos marginales, símbolos de valores ideológicos y morales:  El verdugo, El reo de muerte, El mendigo, El canto del cosaco y La canción del pirata.
La canción del pirata es uno de los poetas más conocidos de la poesía española. Prácticamente todo el mundo conoce el principio del poema. La Canción del pirata, publicada en enero de 1835 en El Artista es una obra fundamental en la evolución de Espronceda y en la poesía romántica española. Todos los críticos han subrayado las cualidades formales de esta canción y han puesto de relieve las innovaciones métricas que contiene.
El crítico Robert Marrast, en suIntroducción a Poesías líricas y fragmentos épicos de José de Espronceda,  destaca “la sencillez del vocabulario, la ausencia de toda fraseología convencional, que seguramente contribuyeron a la perdurable popularidad de estos versos.” Según este mismo crítico, Espronceda, con la Canción del pirata, “rompe no solo con el neoclasicismo, sino con el género caballeresco (romanticismo primitivo) para inventar un tipo de expresión poética totalmente nuevo.”
El  pirata es un tipo literario de larga tradición. El personaje de Espronceda pertenece al mismo tipo que el Moor de Schiller, el Robin Hood de Walter Scott, el corsario y el Lara de Byron, el don César de Bazán y el Hernani de Victor Hugo. Pero es la primera vez que aparece en la poesía española del siglo XIX un personaje que afirme y reivindique con orgullo su independencia frente a la sociedad, su amor a la libertad y su rebelión contra un mundo cuyos intereses y preocupaciones éticas le parecen irrisorios y absurdos.
Para aquellos a los que os gusta oír los textos, sólo tenéis que pinchar en la imagen. Leen La canción del pirata para vosotros los locutores de RNE en el programaLa estación azul con motivo del bicentenario del nacimiento del poeta.
¿Queréis oírla en versión rap? Frank T, presentador de La Cuarta Parte en Radio 3, y Zenit interpretan esta versión rap de ‘La canción del pirata’ de José de Espronceda. Pinchad al nene rapero.
Para los que preferís leer vosotros mismos, aquí está:
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
 
La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:
 
Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
 
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
 
Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
 
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
 
 
A la voz de “¡barco viene!”
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
 
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
 
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
 
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
 
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
 
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Los poetas Nicolás Guillén y Vicente Huidobro parodiaron diferentes fragmentos de La canción del pirata. El de Guillén se basa prácticamente en cambios fonéticos, resaltando la intensa sonoridad del poema de Espronceda, pero el de Huidobro altera lexemas y, por consiguiente, da un nuevo significado más allá del tono humorístico que se deriva del de Guillén. Leedlo y contadme qué opináis. ¿Os veis capaces de hacer algo parecido? Mandadlo al blog.
Con diez coñones por bonda,
vianto en pipa a toda bula,
no carta el mer, sino viula
un bularo bergantón:
bajol pireta que lloman
por su bravara “El Temodo”,
en tido el mer conosodo
del ino al etro confón.
                        Nicolás Guillén
La lona en el mar riela
en la luna gime el viento
y alza en blanco crujimiento
alas de olas en mi azul.
                       Vicente Huidobro
 
Y tenemos, por supuesto, la versión que el grupo Tierra Santa hizo de la célebre canción:
Espronceda es autor de dos poemas extensos, El estudiante de Salamanca,probablemente su mejor obra, y El diablo Mundo, poema lírico, filosófico y social, que dejó sin terminar y que incluye el Canto a Teresa, una elegía dedicada a su amada Teresa Mancha después de su muerte.
El estudiante de Salamanca desarrolla en cuatro partes la leyenda del libertino e impío don Félix de Montemar, nuevo Don Juan, cuya amada, Elvira, seducida y abandonada por él, muere de pesar. También muere en un desafío su hermano que intenta vengarla. Una noche el espectro de Elvira se aparece a Montemar, éste la persigue y en un viaje alucinante presencia su propio entierro y su boda con el esqueleto de la desdichada Elvira. Finalmente muere. Para leer la obra, pinchad en la imagen. Si os apetece escucharla, el programa Historias de RNE realizó la narración poética dramatizada de la obra. Pinchad en la imagen de la niña:

Lee aquí el texto al completo
Ve aquí la serie de tv española

Diablo mundo y “Canto a Teresa”
"El Diablo Mundo" es un poema que configura una pesimista visión del mundo y del ser humano. Cuenta las experiencias del hombre en este "valle de lágrimas" y su desengaño. El poema se presenta en estado fragmentario. Hay un variedad de asuntos, temas, tonos, multitud de digresiones: todo esto para expresar la compejidad dela existencia y del universo.
"El canto a Teresa" que se sitúa en el comienzo del poema, según su propio progenitor, no está relacionado de manera alguna con el resto y es sólo un "desahogo del corazón". Pero el amor forma una parte muy importante de la vida humana, así que un canto dedicado a la mujer en el poema que pretende tener en cuenta todos los aspectos de la vida no extraña El canto tiene carácter extremamente personal e íntimo, y podemos identificar el "yo lírico" con el autor. Espronceda aquí llora su amor y éste amor perdido provoca reflexiones sobre la esencia del amor y su lugar en la vida.
Los primeros cuatro versos son una apóstrofe a los tristes recuerdos que ha dejado el amor en el corazón del poeta. Luego pasamos a una descripción de su juventud. Es una juventud llena de amor: “yo amaba todo”-confiesa el autor. El mundo era bueno y le parecía favorable, el sol iluminaba su alegría. Era orgulloso y audaz. Dotado del valor y de la fe del caballero, virtud del héroe y amor del trovador soñaba con glorias. Vivía con ingenuas ilusiones y esperanzas. Su amor era pura, inocente y espiritual, parecía un "dulce canto" que habitaba en su alma. El autor evoca el Edén como el lugar donde había nacido su sentimiento.
El objeto del amor parecía inmaterial:
¡Una mujer! En el templado rayo
De la mágica luna se colora,
Del sol poniente al lánguido desmayo
Lejos entre las nubes evapora
(...)
Tenía algo sagrado, angelical, divino. Era más bella, superior a la misma naturaleza, poseía un encanto celestial. No era mujer de carne y hueso y tanto ella como el sentimiento del autor eran pura ilusión, un ensueño. El intento de materializar esa ilusión hizo que que dejara de existir, destruyera el sueño y con él el amor. Francisco García Lorca afirma: "El amor que nace de ilusiones no puede alimentarse de ellas, la realización el amor engendra la impureza y con ella su muerte. Hay en Espronceda una terrible idea angustiosa de que el amor degrada. Lo que más alto hace subir el espíritu el hombre, lo único que puede encender en él la chispa divina, lleva en sí, inevitable, el germen de la corrupcíon."
Hay un contraste entre la primera y la segunda parte del canto, un cambio radical en la percepción de Teresa. Ahora la mujer empieza a ser la encarnación del pecado. Espronceda compara a Teresa con un cristalino río, que después es torrente y termina siendo un estanque de aguas corrompidas.
.
El poeta culpa a Teresa por la infidelidad de esposa cometida con él mismo, menciona que sus hijos y la sociedad se han vuelto contra ella. Bendice la muerte que la ha liberado del dolor y de la desdicha.
Sin embargo, no puede olvidarse del amor, no es capaz de arrrancar a Teresa de su mente. Su recuerdo sigue siendo muy vivo, el poeta está convencido que será eterno. El dolor de su desgarrado corazón es insoportable. Ya incluso no es capaz de llorar. Aconseja huir del amor cuya pureza ha sido envenenada por el infierno y por lo tanto causó tanto dolor, arruinó la vida del autor.
(...)
Dentro del pecho mi dolor oculto,
Enjuago de mis párpados el llanto,
Y doy al mundo el exigido culto:
Yo escondo con vergüenza mi quebranto,
Mi propia pena con mi risa insulto
Y me divierto en arrancar del pecho
Mi mismo corazón pedazos hecho.
Para olvidar de su dolor quiere embriagarse de alegría.
El canto expresa todas las ideas de Espronceda sobre el amor. Pone de manifiesto la triste convencimiento de que el verdadero amor es imposible de realizar. Amar es vivir con una ilusión: de ahí viene su tragedia, pero también la belleza el amor.
El "Canto a Teresa" es el grito de un desesperado por el fracaso del amor.
POema al completo